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El exoesqueleto Hank, un ejemplo de buena transferencia tecnológica

La firma vasca Gogoa Mobility Robots (GMR) fabrica y comercializará el mejor exoesqueleto robótico que existe para ayudar a las personas que padecen lesiones medulares o enfermedades neuro-degenerativas en su proceso de rehabilitación. Su nombre, HANK, se deriva del término Hankak, que significa piernas en euskera. Un equipo de investigadores del Instituto Cajal del (CSIC) junto con personal del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han trabajado durante años para conseguir desarrollarlo.

Gracias a su labor conjunta el exoesqueleto HANK, equipado con un software específico que permite su control a distancia a través de una tablet o por el propio usuario, sensores y motores que  activan las articulaciones de cadera, rodillas y tobillos, es la orto-prótesis tecnológica que mejor ayuda a las personas que sufren graves lesiones medulares a emular los movimientos que hacen posible el andar, lo que supone una mejora significativa de su calidad de vida.

 

Una transferencia tecnológica en un momento clave

El caso de esta empresa gipuzkoana ejemplifica la importancia de constituir una compañía especializada en el marco de una estrategia de desarrollo económico comarcal bien definida tras suscribir un acuerdo de transferencia tecnológica gracias al que pueda obtener ventajas competitivas determinantes. Al mismo tiempo, el caso también muestra los beneficios que pueden derivarse de dicho acuerdo hacia los equipos e instituciones investigadoras que han desarrollado las innovaciones que la empresa trasladará al mercado.

Si la firma GMR, especializada en el desarrollo de productos y servicios de asistencia técnica en procesos de rehabilitación y orto-prótesis, existe hoy en día se debe a que en 2009 la Agencia de Desarrollo de la comarca gipuzkoana de Urola Garaia, UGGASA, decidió poner en marcha el proyecto ONBideratu para reactivar el tejido empresarial de la zona. Entre otros objetivos el plan se marcó el convertir la zona en sede para empresas especializadas en el sector sociosanitario. Para conseguirlo, al trazarse el plan se establecieron varias metas parciales; entre ellas destacan la intención de crear conexiones para posicionar a Urola Garaia como referente en el citado sector estableciendo acuerdos con centros tecnológicos y de investigación; promocionar el nacimiento de empresas punteras en el diseño y fabricación de sistemas robóticos de rehabilitación y órtesis y poner en marcha un centro de demostración, servicios y transferencia tecnológica.

En este contexto, algunas de las personas y entidades implicadas en el logro de los objetivos del plan comarcal ONBideratu decidieron apostar por la comercialización de exoesqueletos, al percatarse de que los avances más significativos en materia de rehabilitación estaban produciéndose en ese campo. En un principio, desde UGGASA se decidió ofrecer a un fabricante japonés de este tipo de orto-prótesis robóticas los recursos necesarios para que pudiera distribuir su tecnología en Europa, ya que el mercado de exoesqueletos del país oriental es el más desarrollado del mundo.

El acuerdo no llegó a buen puerto pero el traspiés no desanimó a los implicados en seguir cumpliendo con el desarrollo de ONBideratu.. Poco después, durante una exhibición de tecnología aplicada al ámbito sociosanitario que tuvo lugar en Boston, responsables desplazados al evento vieron en funcionamiento el exoesqueleto desarrollado por el equipo de investigación del Instituto Cajal (CSIC) y decidieron ponerse en contacto con ellos para ser los primeros en llevarlo al mercado.

Tras meses de negociaciones, se llegó a un acuerdo con el CSIC que estableció para la institución investigadora un pago por la transferencia de tecnología patentada y otro de royalties con el fin de abrir las puertas a la fabricación y comercialización de su innovador robot ortoprotésico. Con ese objetivo se creó la spin-off Gogoa Mobility Robots (GMR) y gracias a ello el exoesqueleto Hank pronto se podrá comercializar a gran escala.

El camino hacia la comercialización: homologaciones, ensayos clínicos y financiación

El camino ya está despejado para GMR pero aún es largo. Comercializar una tecnología aplicada al ámbito sociosanitario, y en concreto a procesos de rehabilitación y asistencia para pacientes con lesiones graves, no es tarea fácil. En primer lugar la empresa que desee hacerlo ha de homologarse como fabricante de equipamiento médico, algo que no resulta sencillo y GMR consiguió en 2016. A esto se añade que los controles de calidad y seguridad que han de pasar este tipo de equipos son más exigentes, amén de que se someten a minuciosos ensayos tanto técnicos –de descarga eléctrica, compatibilidad electromagnética, riesgo para los pacientes, etc– como clínicos, para demostrar la efectividad real del tratamiento puesto en práctica mediante su uso. De hecho, el exoesqueleto HANK hasta el momento ha sido adquirido por clínicas y hospitales (el Hospital de Tetrapléjicos de Toledo, ADACEN en ONBideratu o la Fundación Santa Lucia de Roma) para realizar dicho tipo de ensayos.

Según fuentes de la propia compañía este año ya tienen apalabrada la entrega de otros siete exoesqueleto para este tipo de entidades: uno en Viena, otro en Galiza, dos en Gipuzkoa  y tres en EE.UU. A estas pruebas de efectividad se suma que muchos pacientes han pasado por las instalaciones de la propia empresa para emplear el exoesqueleto durante sus procesos de rehabilitación.

La comercialización de HANK más allá de la clínica, esto es, como sistema de asistencia a la movilidad, aún está por llegar. GMR está a la espera de recibir los resultados de la evaluación que están haciendo en AEMPS (Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios) sobre las capacidades de HANK para poder obtener el sello europeo de comercialización. De momento, el exoesqueleto ya cuenta con el sello de garantía del prestigioso laboratorio europeo EMITECH.

En lo que se refiere a las fuentes de financiación, GMR ha conseguido recientemente 1,5M de € gracias a haberse convertido en la única PYME que lidera un proyecto Fast Track to Innovation (FTI). Además, sus responsables esperan que la obtención de la mayor puntuación de todas las concedidas a las startups que se presentaron a la pasada convocatoria NEOTEC 2016 del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) contribuya también a despertar la atención de más inversores.

Las innovaciones introducidas en HANK suponen una garantía de éxito 

En cualquier caso, además de la recepción de premios que supongan una inyección de dinero o de reconocimientos al afán emprendedor que atraigan inversores, en Gogoa consideran que su exoesqueleto tiene mucho potencial para llegar a todos los rincones de Europa por sus especiales características técnicas y prestaciones, que superan a las de los robots diseñados por la competencia. El 14 de Marzo del año pasado Juantxu Martín, las explicó con claridad y concisión en el programa Graffiti de Radio Euskadi. Os acercamos el vídeo de la entrevista: