La Comunicación Aumentativa y Alternativa (CAA) y el eye-tracking interactivo permiten que la posibilidad de comunicarse llegue a más gente.
La tecnología ayuda a que, aquello que puede parecernos ciencia ficción, se convierta en realidad. Y para ello, esa tecnología se apoya en proyectos pensados, diseñados y ejecutados por personas. Eso ocurre, por ejemplo, con la empresa que entrevistamos hoy. Y es que todo el equipo técnico de IRISBOND trabaja para cambiar el mundo y dar mayor calidad de vida ayudando a quienes no pueden comunicarse de manera autónoma.
¿Cómo lo consigue? Lo explicamos. Esta pyme donostiarra lleva años trabajando en el manejo de un dispositivo que se utiliza con los ojos gracias al desarrollo de una tecnología que está enfocada, inicialmente, al mundo de la discapacidad, obedeciendo a la idea de lo que se conoce como “comunicación alternativa” y que, en este caso, permite “hablar” con la mirada, facilitando así esa forma de comunicarse a, por el momento, más de 3.000 personas. Aunque tiene muchísimas aplicaciones, es esta en concreto la que permite interactuar de manera sencilla a las personas que más lo necesitan, como pueden ser aquellas que padecen enfermedades como la ELA.
¿Cómo funciona? El usuario se posiciona y una serie de dianas fijan y calibran la mirada. Un algoritmo personaliza una serie de parámetros a las condiciones de quien va a usar el dispositivo y, con ello, se da lo que el CEO de IRISBOND, Eduardo Jauregui, denomina “transacción ocular”, tras la cual, ya se está listo para “hablar” con la mirada. De esta forma, personas con algún problema motor que quedan completamente incomunicadas ante el resto tienen la posibilidad de hablar a través de una voz sintetizada y controlar su entorno, abriéndoles una «increíble ventana al mundo», en palabras de Jauregui.
IRISBOND nació en julio de 2013 gracias a su colaboración con el Centro de Visión por Computación Vicomtech, que contaba con una tecnología que permitía controlar un dispositivo con la mirada y que buscaba un modelo de negocio, un promotor que lanzara el proyecto al mercado.
Eduardo Jauregui, ingeniero industrial, trabajaba entonces en una empresa local de equipos electrónicos y tras un paso como director de I+D en una multinacional, se quedó sin trabajo, momento en el que decidió “reinventarse”. Surgió una oportunidad dentro del centro tecnológico junto al gerente del mismo, quien había sido su tutor del proyecto de fin de carrera y quien le sugirió que podía desarrollar un modelo de negocio basado en la tecnología que se estaba dando para darle forma a la incipiente IRISBOND.
Así, Jauregui se convirtió en emprendedor, cambiando el “paradigma” de profesional que siempre había trabajado por cuenta ajena y que ahora se lanzaba a tener su propia empresa, asumiendo que ponía en riesgo su patrimonio personal pero teniendo la idea clara de que aquello por lo que apostaba, iba a funcionar porque unía tecnología disruptiva e innovación en un proyecto internacional que, además, podía ayudar a otros.
Si bien la idea inicial de IRISBOND se basaba en un concepto de tecnología “pura”, el hecho de que todo el desarrollo se dirigiera a ser un sistema de apoyo a personas que sufren un tipo de discapacidad, fue algo “casi natural”, añadiendo así un componente de impacto social importante. Validar el proceso en el mercado, entendiendo las necesidades de los usuarios, le hizo crecer porque se le iba dando un valor añadido a un dispositivo que se complementó con un software de comunicación alternativa que permitía hablar con los ojos, como hemos indicado anteriormente.
Gracias a desarrollos internos y a través de colaboraciones con empresas multinacionales que ya operan en el sector de este tipo de comunicación pero que no cuentan con tecnologías de eye-tracking, se han conformado soluciones avanzadas en comunicación alternativa mediante mirada para que el usuario final cuente con esa herramienta tan importante para él puesto que “conecta con el mundo a través de sus ojos”, afirma Eduardo.
En enfermedades como la ELA, el paciente puede volver a “engancharse” a la comunicación con el eye-tracking, igual que ocurre con niños con parálisis cerebral, que pueden nacer con sus capacidades cognitivas limitadas, en muchos casos. Además, el trabajo con logopedas y profesionales de la educación especial, apoya la tecnología de IRISBOND para desarrollar aplicaciones específicas con las que pueden, en primer lugar, identificar si la mirada es un medio válido de comunicación para ese niño. Estos profesionales ayudan a “educar” esa mirada y convertirla en una herramienta de comunicación para el paciente, tanto es así que, según cuenta Eduardo Jauregui, entre sus usuarios hay niños escolarizados en colegios ordinarios, lo que supone un cambio “radical” en sus expectativas de vida y en su entorno, con personas que estaban “abocadas” al silencio y que, de repente, se han “empoderado”.
Con presencia internacional, en Canadá, Europa, Sudamérica o EE. UU. (su última oficina está ubicada en Boston, donde hay un centro de referencia como es el Boston Children Hospital), la empresa de la que hablamos hoy, con una tecnología social y humanamente disruptiva, quiere seguir siendo la “punta de lanza” y estar con los mejores. Entre los miembros de su departamento de desarrollo tecnológico, se encuentra un equipo “potente” en matemáticas, física o inteligencia artificial que se coordinan tanto con profesionales de centros tecnológicos de referencia en nuestro país como con expertos del prestigioso MIT, trabajando codo a codo con el departamento especialista en algoritmos de inteligencia artificial, el Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory (CSAIL) hasta donde desplazaron a una de IRISBOND para que colaborara en el desarrollo de algoritmos.
La pandemia «cortó» todo ese proceso pero, en palabras de Jauregui, fue un “parón” que sirvió para coger impulso y apostar todavía más por aprender en el hub de salud digital que existe en Boston, centrándose en el tema del diagnóstico precoz de enfermedades neurodegenerativas, que es una de las líneas que IRISBOND está empezando a mover porque el cerebro y la mirada están estrechamente unidos.
Tal y como refiere el fundador de la empresa, la letra es una herramienta muy potente para todo aquel que ha perdido la capacidad de comunicarse pero además puede ser una fuente inagotable de información del cerebro, un órgano cuya conexión con la vista implica que se puede responder ante ciertos estímulos que el ser humano puede desarrollar pero… ¿se puede monitorizar la mirada?, ¿cuál es la reacción de una persona ante esos estímulos?.
La respuesta es que sí se puede monitorizar la mirada, dándonos pistas sobre si existe algún tipo de déficit neurológico. A pesar de los numerosos estudios que se han realizado sobre este tema a nivel mundial, con evidencias científicas de los resultados obtenidos, apenas existen soluciones comerciales aplicadas. Jauregi afirma que IRISBOND es “muy” pionera en temas de tecnología de tracción y cuenta con autoridad para explorar en este sentido, combinando su conocimiento con expertos del área clínica. En la actualidad, se está llevando a cabo un ensayo diagnóstico experimental mediante un acuerdo con el Hospital Universitario Donostia para evidenciar, a lo largo de este año, si el eye-tracking es capaz de diagnosticar de manera precoz un daño cognitivo leve, antesala a un Alzheimer, a un Parkinson, a una demencia, a cualquier señal que ayude a anticiparnos a una lesión cerebral.
LA IMPORTANCIA DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL EN EL ENTORNO EYE-TRACKING
“Rodearnos de expertos en tecnología y en medicina neurológica nos hace ser autónomos tecnológicamente y líderes en un sector donde la comunicación alternativa escasea”, admite Jauregui, quien nos cuenta que, hay muy pocas empresas a nivel mundial que desarrollen el eye-tracking para distintas aplicaciones siendo Suecia el país líder, de manera indiscutible. Esto hace que el equipo de esta startup se sienta más orgulloso de su trabajo porque “estamos dando mucha guerra desde nuestra dimensión, luchando con mucha ambición, actitud y con vocación por seguir estando ahí”.
A este nivel, con la clara intención de crear un “core” interno, llega la importancia de la Propiedad Intelectual al desarrollar algoritmos muy complejos que presentan dos ramificaciones de la tecnología de IRISBOND: una que está basada en el dispositivo físico, el hardware que tiene un microcomputador interno, un pequeño ordenador que permite traquear la mirada y además hacerlo con diferentes sistemas operativos (el mayor logro conseguido este año). Y, por otro lado, la defensa y gestión del conocimiento generado para que no se genere ingeniería inversa y que además sea útil para ofrecer a los clientes una garantía adicional y un plus de confianza cuando se cuenta con esa tecnología protegida.
Al respecto de esta cuestión, hay que añadir que IRISBOND cogió el guante que ofreció Apple hace dos años, una marca muy sensible a la parte de accesibilidad pero sin plataforma compatible con sistemas de mirada hasta ese momento. El equipo de Jauregui rediseñó el dispositivo para adaptarse y ya cuenta con un chip autentificado y con una serie de algoritmos “muy complicados» que han pasado por un proceso de homologación muy exigente por su parte, hasta conseguir el sello del ecosistema IOS de Apple, el MFi (Made for IPad)” y con el que ya se puede manejar cualquier IPad con la mirada, haciéndolo único en el mundo.
Desde entonces han surgido temas muy interesantes que siguen desarrollando y explotando pensando en la continuidad de la línea tecnológica siempre protegida. De hecho, han llevado adelante el eye-tracking en un entorno multiplataforma con una patente porque es algo que no existe en el mundo. Por otro lado, también están trabajando y evolucionando hacia plataformas que permitan manejarse al usuario con los ojos sin necesitar un hardware añadido, solución que también está patentada ya y que han bautizado con el nombre de “Mamu” (“fantasma” en Euskera).
Al fin y al cabo, la mirada es la forma más natural que tenemos las personas de comunicarnos entre nosotros. En nuestra conversación, Eduardo Jauregui reflexiona sobre el hecho de que utilizar un ratón o un teclado es lo menos intuitivo que existe pero “nos lo han impuesto” y con el tiempo, hemos interiorizado su uso a pesar de que lo normal es compartir la comunicación a través de los ojos, la voz, los gestos, los impulsos cerebrales por la mirada…por lo que “nuestra vocación es ir entendiendo cómo podemos poco a poco, de manera nativa, introducir esas tecnologías y que, en un futuro, cualquier ordenador tenga la algoritmia suficiente como para poder permitir esa interacción natural, entre la que se encuentra la mirada”.
Llegados a este momento de la entrevista, cabe preguntar si nos estamos olvidando del reporte empresarial en una empresa con un producto pionero, de éxito y proyección internacional. Jauregui lo tiene claro cuando afirma que “nuestra vocación como empresa es generar beneficio y riqueza en el territorio pero, en este caso, el impacto social es tan importante que supera al beneficio económico porque la comunicación es un derecho de las personas”, que no puede ser un lujo ni una barrera”. La tecnología no es cara pero hay usuarios de distintos niveles económicos a los que les une el mismo problema y, quienes tienen dificultades financieras, necesitan apoyo.
“SE HACE NECESARIO REGULAR EL USO DEL DISPOSITIVO DE EYE-TRACKING EN LA SANIDAD PÚBLICA PARA GARANTIZAR EL DERECHO A LA COMUNICACIÓN DEL PACIENTE”
Irisbond hizo un llamamiento a las asociaciones de ELA de España, con las que fueron al Ministerio de Sanidad hace ya 7 años para presentar la cartera básica de servicios que justificara que la tecnología desarrollada tenía que estar incluida en la cobertura del sistema sanitario público nacional y ha sido hace poco más de 2 años cuando el Consejo de Ministros aprobó que el eye-tracking es un derecho para las personas que tienen algún tipo de déficit de comunicación en España, un «gran logro” para la empresa y para la sociedad en general, que la convierte en una más moderna y adaptada a los tiempos. Ahora se está trabajando con cada una de las 17 Comunidades Autónomas en los pliegos de licitación para hacer realidad este derecho de los ciudadanos y ha sido la Valenciana la primera en contar con más de 150 dispositivos, de uso gratuito y que deben ser prescritos por un neurólogo.
“Somos capaces de suministrarlo pero falta regulación”, señala Eduardo Jauregui, recordando que, aunque tengan mucha “autoridad y experiencia” en el desarrollo, no son los únicos licitadores porque existen empresas extranjeras que pueden tener un distribuidor en España. Además de la Comunitat Valenciana, también están avanzando en Andalucía, por ejemplo, a través de compras menores que han llegado a más de 60 pacientes, validando un producto que puede ayudar a Irisbond a ser los adjudicatarios y empezar a dar servicio de una manera más extensiva porque el objetivo que persigue Irisbond con esta propuesta es garantizar “de por vida” el derecho a la comunicación de las personas y darle calidad de vida a cada paciente.
MOVER CONCIENCIAS EN LA ADMINISTRACIÓN Y QUE IRISBOND SE AFIANCE EN EL MERCADO
«Llegar a los usuarios con la tecnología de IRISBOND es fácil pero llegar al mercado ya es algo más complicado», admite Jauregui. Con todo, hay una parte “muy de tecnología de desarrollo y de colaboración con otros centros tecnológicos y otra de movimiento de mercado, de colaboración los partners”, que desarrolla soluciones de comunicación alternativa y que necesita integrar la parte de control por mirada en su portfolio de producto. Esto les lleva a estar “muy atentos” sobre las nuevas tendencias tecnológicas, los riesgos que pueden ocurrir y ver hasta dónde se puede aportar valor, no solo en las líneas de la salud sino en otras de lo más diverso aunque siempre “sin desvirtuar nuestro foco ni nuestros principios y valores como empresa” porque son conscientes del impacto que generan, de que están cambiando la vida de mucha gente pero que lo hacen con “responsabilidad”.