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Porcinnova confirma el liderazgo del sector porcino español como prescriptor de tecnologías

Si se detecta una necesidad en un sector empresarial, hay que cubrirla. Eso está muy claro. Y eso es lo que ocurrió cuando nació Porcinnova, en 2018. Esta Incubadora de Alta Tecnología (IAT), especializada en el sector porcino, surgió por una iniciativa de la Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), con el apoyo del Gobierno de Aragón. Promovida por el Instituto Cameral para la Creación y Desarrollo de la Empresa (INCYDE), se encarga de apoyar a las pequeñas y medianas empresas del sector y de acelerar nuevos proyectos.

Co-financiada por el Fondo de Desarrollo Regional, dentro del Programa Operativo Plurirregional de España FEDER 2014-2020 PO: “Una manera de hace Europa”, Porcinnova tiene unos elementos diferenciadores que la hacen única. Ubicada en la localizad zaragozana de Ejea de los Caballeros, en su creación se planteó que, siendo el «macro» sector agroalimentario uno de los más estratégicos en Aragón, se pudiera acotar al porcino, que es el que más crecimiento experimentaba de forma constante y el que, al mismo tiempo, más necesidades de innovación precisaba.

Miguel Ángel Comín, coordinador de Porcinnova

Su coordinador, Miguel Ángel Comín, nos pone en situación. Y es que el sector está de suerte. Desde el lado de las startups, España tiene un nivel de generación de empresas y de innovación «comparable en cualquier sector» a lo que está ocurriendo en Europa. Tanto es así, que según los indicadores de inversión de este tipo de empresas, están creciendo en nuestro país a un ritmo «por el que se recupera el retraso que llevábamos en los últimos años». Desde el lado de los demandantes de tecnología del sector, somos el principal productor, ganadero y cárnico, a nivel europeo, el «líder perfecto, con una posición dominante, en cuanto a mercado y como prescriptor de tecnologías» porque, si bien hasta ahora, se estaba nutriendo mucho de tecnología que surgía en países como Dinamarca, Holanda o Alemania, ahora empieza a haber tecnologías desarrolladas a nivel nacional porque el sector porcino español se ha dado cuenta de que, para mantener su posición de liderazgo, «tiene que ser también líder en innovación y ha tomado la iniciativa buscando esas soluciones innovadoras», sobre todo en las relacionadas con el tema medioambiental, el de digitalización o el de automatización industrial.

Si bien el sector ya disponía de sus herramientas para llegar a centros tecnológicos como el CITA o para que las grandes empresas pudieran acceder a proyectos colaborativos financiados por la Unión Europea o por la Administración central española, Miguel Ángel nos cuenta que se detectó que no se llegaba al ecosistema de emprendedores y startups, «mucho más atomizado», y donde no había recursos para explorar «de una manera ordenada y estructurada qué tipo de innovación está surgiendo a día de hoy». Ese «vacío» llevó a que Porcinnova funcionara, desde el momento de su origen, para conectar al sector porcino con dicho ecosistema emprendedor e innovador.

Instalaciones de Porcinnova en Ejea de los Caballeros (Zaragoza)

En el transcurso de los 3 años que lleva en funcionamiento, esta Incubadora de Alta Tecnología, está cubriendo sus expectativas. Conscientes de que están siendo capaces de atraer al sector un conocimiento muy valioso, gracias a empresas que están descubriendo soluciones innovadoras que no estaban conociendo por otras vías y, desde el lado de las startups, reciben un «feedback» por el que les comentan que, en el poco tiempo que dura el programa, están consiguiendo acceder a un mercado muy grande. Empresas emergentes que estaban trabajando en otros sectores, como le ha ocurrido a Avir, por ejemplo, dedicada al sector avícola y que, viendo el potencial que tiene el porcino, están «sorprendidos» de ver que «se puede acceder a los actores principales tan solo cuestión de semanas».

Sin duda, el factor diferencial de Porcinnova es la especialización, ya que otras aceleradoras más genéricas trabajan tecnologías de inteligencia artificial, temas de movilidad o de Industria 4.0, donde caben muchos sectores pero nuestra protagonista asesora y guía en el modo de aplicar esas tecnologías en el sector porcino, con unos usuarios finales muy identificados, sabiendo quiénes son los clientes potenciales, a los que ponen en contacto directamente con ellos para conocer de primera mano cuáles son sus necesidades, algo que en otras aceleradoras «es más complicado porque el mercado está más difuso».

En esa labor, se presentan dos tipos de «usuarios». Por un lado, los proveedores de tecnología que son empresas emergentes, emprendedores, pymes de base tecnológica que están desarrollando tecnología, sin conocer, muchas de ellas, el sector. Y, por otro lado, se encuentran los demandantes de tecnología, los socios industriales, mentores, que tienen retos y problemáticas que quieren solucionar desde el lado de la innovación y cuyo papel es esencial, tal y como nos referimos a continuación.

ALOJAMIENTO E INNOVACIÓN ENTRE TUTORES Y MENTORES

Para hablar de los tutores y de los mentores, tenemos que diferenciar los servicios de Porcinnova. En primer lugar, los de alojamiento, ya que existe, en el centro de incubación, zonas preparadas para los participantes que necesiten de una ubicación física durante su participación en el programa o durante el desarrollo de su actividad profesional. Cuando llega un equipo de emprendedores que no tiene constituida una empresa, parte del acompañamiento, de la tutorización que hacen, es para ayudarles en esa primera estructura empresarial que les permita luego explotar los resultados de la innovación que desarrolla.

Adicionalmente a estos servicios de alojamiento, están los de aceleración de negocio, que se dan cuando las empresas ya tienen esa primera estructura y, desde Porcinnova, les dan apoyo en toda la parte del cómo monetizar en el mercado esa innovación desarrollada. Conocer quién es el cliente objetivo, cómo llegar hasta él, cuál es la propuesta de valor que hace la empresa o si pueden identificar a los posibles socios o los competidores en el mercado, etcétera. Una serie de variables, en definitiva, que les permite saber más sobre cómo trasladar el valor de su negocio al mercado. En todo este proceso, Porcinnova cuenta con la figura del «tutor», que acompaña a la empresa y que apoya, en la aceleración, aplicando metodologías del “lean startup”, el diseño y desarrollo de pruebas y ensayos de los proyectos en fase piloto, pruebas de campo, pruebas de concepto en los que validar las hipótesis de esa propuesta de valor.

Dentro de la aceleración, cuentan también con la figura del «mentor», muy involucrado en la parte tecnológica, aunque también en la de negocio y que marca una de las grandes diferencias con respecto a otras incubadoras de empresas. Si los tutores son «más académicos» y son profesionales que contratan para ese acompañamiento, los mentores son ejecutivos de los socios industriales de Porcinnova, normalmente los responsables de I+D, de ingeniería, de calidad, que lo que hacen es «aportar una visión general del sector a nivel nacional e internacional» comprobando si las hipótesis de cómo hacer el modelo negocio y de cómo validar la tecnología, son hipótesis que ellos ya tienen contrastadas y les puede facilitar que la tecnología siga su curso o no.

Participantes del DEMO DAY, celebrado el pasado 22 de julio

En segundo lugar, están los servicios de innovación, que son de diagnóstico tecnológico y vigilancia tecnológica. En el primero de ellos, cuando a Porcinnova le presentan una propuesta, han de evaluar el grado de innovación por comparación con el llamado “estado del arte” porque se analizará con el nivel de la tecnología que haya en el mercado o que ya hay disponible en publicaciones científicas o a nivel de patentes, es decir, se trata de un diagnóstico más «estático».

Desde el lado de la vigilancia tecnológica (más «dinámica»), a medida que van desarrollando las pruebas piloto, se ocupan de orientarlas hacia donde no hay tecnología en el mercado o está en fases de final de desarrollo.

¿QUÉ RASGOS DEFINEN A UN INNOVADOR DE PORCINNOVA?

Los requisitos formales para que una pyme de base tecnológica pueda participar con su reto son que esté constituida como tal y localizada en un país de la Unión Europea. Como criterios de selección, Porcinnova busca, además de que cuente con un modelo de negocio iniciado, que tenga un equipo promotor «potente y bien compensado», esto es, que cuenten con una persona especializada en la tecnología que se quiere desarrollar, otro especialista en gestión empresarial y otro con perfil de ventas, con los que se planteen una solución que no exista ya y que, desde la incubadora aragonesa, se les impulse para poderles acercar al sector y al mercado.

El coordinador de Porcinnova admite, en este punto, que dependiendo del grado de madurez de los proyectos (en fase idea, fase semilla, spin off de una universidad…), las empresas «no tienen muy bien solucionado el tema de la Propiedad Industrial e Intelectual» y las que están más «maduras», sí que tienen experiencia previa y su propia estrategia de «defensa» del conocimiento. A pesar de que en la parte de incubación del programa, Porcinnova incluye módulos informativos o talleres para que las empresas conozcan las herramientas de protección, reconoce que no disponen de la capacidad plena para que reciban un asesoramiento completo, recordando que entidades como la OEPM O.A. puede ayudarles.

Las dudas más frecuentes, por parte de los emprendedores, se centran en si es conveniente patentar o no porque, al hacerlo, «están dando tanta información de lo que hacen que creen que ponen en riesgo su proyecto y temen que les copien». Por ello, la formación en materia de Propiedad Industrial es «imprescindible» para que las empresas despejen todo tipo de «incertidumbres» sobre cuestiones relacionadas «con el coste de una patente, el ámbito de aplicación o hasta dónde les protege».

«El desconocimiento de las figuras, de las modalidades de Protección Industrial, obliga a que el emprendedor piense que el riesgo cero no existe, pero nada más lejos de la realidad». Al respecto, Comín destaca, para finalizar la entrevista, la importancia de contar con el apoyo de entidades como la Oficina Española de Patentes y Marcas O.A., cuya andadura comenzó en 1975 y que tiene, entre sus objetivos, proteger y fomentar la actividad innovadora en España.

La orfebrería contemporánea afianza su espacio como obra de arte

Dos arquitectos que se conocieron muchos años después de acabar la carrera universitaria. Metidos en todos los “berenjenales” que pueden, Magdalena Vélez y Carlos Fernández estudiaron orfebrería en la Escuela de Arte 3 de Madrid y allí, surgió la inquietud de crear la Asociación de Diseñadores de Orfebrería y Joyería Contemporáneas (AdOC) para dar, a estas artes, “visibilidad e impulso” porque, si bien consideran que en Europa son “un elemento más” dentro de la artesanía, apoyado por grandes ferias especializadas, en España no ocurre «exactamente» lo mismo, a pesar de la existencia de encuentros importantes de este tipo en varias de nuestras ciudades.

Una asociación, sin ánimo de lucro, en la que sus miembros proponen y promueven aspirando muy alto para eliminar, de la orfebrería y la joyería, el “horrible apellido” de artes “menores” y afianzar el propósito de se cuiden y se mimen de tal manera que sigan llevando implícita la tradición, la fijación a un territorio o la elaboración de piezas de forma manual. Desde su punto de vista, deben colocarse en el lugar que se merecen, que no es otro que el mundo de los museos y, por ello, contactaron hace seis años con el Museo Nacional de Artes Decorativas para realizar su primera muestra y, tras ella, ampliaron la oferta a otros centros, tanto estatales, como de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de esta misma ciudad. Sin ir más lejos, gracias al interés institucional, la casa natal de Lope de Vega fue el lugar donde pudieron ubicar, por ejemplo, piezas contemporáneas relacionadas con amuletos o recuerdos. Por otro lado, entidades como la Oficina Española de Patentes y Marcas O.A., apoyan a AdOC en cuanto a la difusión de las sucesivas muestras que se han celebrado hasta la fecha.

“Cuesta mucho entrar en este mundo”, admite Carlos, quien nos cuenta que, para cada muestra, redactan unas bases que se distribuyen dentro y fuera de España, con unos requisitos que cumplir y cuyo objetivo es que sea el primer escalón de un proyecto en el que “a todo el mundo” le parezca “normal” ir a una feria de arte donde la pintura o la escultura compartan espacio con estas artes porque “queremos contribuir a que los orfebres tengan en cuenta que tienen nuevos nichos de mercado para ellos”, a través de su presencia tanto en ferias más tradicionales como en museos, espacios, estos últimos, más “lógicos” para ellos puesto que, repiten, «las piezas de artesanía son auténticas obras de arte».

Esta entidad pretende, durante el próximo año, realizar exposiciones más especializadas para darse a conocer en otros ámbitos, como puede ser el del coleccionismo, donde sus expertos puedan recopilar piezas de objetos de las artes decorativas e incluso llevarlas puestas, si se trata de joyería y quieren hacerlo aprovechando el “resurgir” de la artesanía, por el que se está volviendo a hablar de ella en el concepto más “puro” de la palabra, valorando el trabajo del artesano que hay detrás de cada pieza que se expone o se presenta. Y es que, gracias a ellos, perviven técnicas que podían considerarse «en peligro de extinción» y que conviven, ahora sí, con nuevas metodologías de trabajo que llevan implícitas grandes dosis de tecnología. Además, las colaboraciones con profesionales de disciplinas, aparentemente, alejadas de este sector, enriquece, sin duda, este saber hacer que ha vuelto con fuerza y lo ha hecho para quedarse porque diseño y tradición «saben ir de la mano perfectamente».

Collar «Waste Land», de Magdalena Vélez.

Por otro lado, se entiende necesario combinar los procesos manuales con los más innovadores, como hacen muchas de las pymes que hemos conocido a lo largo de este año y que, apostando por las técnicas más vanguardistas, no pierden de vista las tendencias que pauta el mercado, trabajando sobre una base de artesanía que todavía hace más únicos y exclusivos sus productos, protegiéndolos como es debido para afianzar y perpetuar un legado cultural de valor incalculable.

Y es justo dar un reconocimiento público al trabajo de los artesanos. Este es el objetivo principal de los Premios Nacionales de Artesanía cuya decimocuarta edición fue convocada hace unos días por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y su área de promoción de la artesanía, conocida como Fundesarte. Con estos galardones, también se pretende incentivar la innovación de las pequeñas y medianas empresas que desarrollan la artesanía contemporánea, además de impulsar su competitividad en el mercado, tanto en España como en el exterior y de valorar que, en sus procesos de fabricación, se dé un alto nivel de responsabilidad social y medioambiental.

Collar «Collages», de Saskia Bostelmann

Los datos son muy representativos y dan su razón de ser a estos premios. Según el informe de la EOI “Situación de la artesanía en España”, realizado en 2015, la de nuestro país representa el 2´4% del PIB industrial y un 0,4% del PIB total. De las empresas que desarrollan su actividad en el sector artesano español destaca, con un 18´1% , Andalucía, seguida de Aragón y del Principado de Asturias.

Los artesanos, en definitiva, se forman en las distintas escuelas que hay por todo el país, en los centros tecnológicos y en los de diseño que buscan la preparación y actualización constante de estos emprendedores natos que se sumergen en unos mercados cada vez más competitivos. Pero, como en todo, hay matices.

TRANSMISIÓN DE VALORES QUE HAY QUE PROTEGER

Con todo lo indicado hasta el momento, se entiende la importancia de los valores que transmiten los artesanos y que debemos estimar como consumidores, siendo conscientes de ese esfuerzo que hay detrás de cada pieza que se confecciona, se talla en madera o se realiza en vidrio. La exclusividad y la originalidad están servidas y se mantienen, en muchos casos, dentro del entorno familiar, de generación en generación, bajo un compromiso de calidad y, sobre todo, de ganas por mantener la idiosincrasia que ha hecho de cada objeto algo único y que ha fijado a un territorio.

Esta diferenciación, esta exclusividad y estos valores deben protegerse. A tal efecto, el manual de la Oficina Española de Patentes y Marcas titulado “Cómo proteger la artesanía”, indica que la artesanía cuenta con tres elementos diferenciados que son susceptibles de ser protegidos a través de títulos de Propiedad Industrial o Intelectual: “la reputación, derivada del estilo, origen o calidad, se puede proteger por medio de las Marcas, Indicaciones Geográficas/ Denominaciones de Origen o por la legislación sobre Competencia Desleal; la apariencia externa (forma y diseño), mediante Derechos de Autor o Diseños Industriales; y el saber hacer, esto es, la pericia y los conocimientos utilizados para crear y fabricar los productos de artesanía, mediante Patentes, Modelos de Utilidad o manteniéndolo como secreto industrial”.

Pero… ¿ cuál es el punto de vista de un artesano? Sergio Salvador, fundador de ENCO, lo tiene muy claro. Para él, la orfebrería “es el arte de la joyería”, un oficio en el que él, que entró por casualidad atraído por los minerales, se está recuperando, con clientes que incluso demandan que se creen escuelas para aprender estos oficios que se basan en la práctica y cuya pervivencia peligra «si no aprendes pagando un profesor particular» o perpetuándolo a través de generaciones posteriores, como hemos indicado antes y como él mismo está haciendo ya con sus hijos.

Sergio Salvador en su taller de ENCO

ENTUSIASMO Y CONSTANCIA, CLAVES DE ENCO

Estas, desde su perspectiva, son las cualidades para aprender y dedicarse a la orfebrería de autor. De ahí que ambas estén incluidas en su propio nombre, ENCO, una marca registrada.

El hecho de trabajar con entusiasmo y constancia en este oficio da «muchas alegrías pero también muchos sinsabores» cuando se entra en una dinámica en la que «los pagos te obligan a llevar un ritmo que no es el que se merece la orfebrería porque la convierten en un negocio», afirma Sergio Salvador quien entona el «mea culpa» cuando dice que, en muchas ocasiones, esas obligaciones económicas hacen que el artesano sea el primero que no valore su arte, realizando piezas de «picoteo» para resolver las cuestiones económicas pero que, por otro lado, permiten diseñar y contar con piezas con «más alma».

En su opinión, el artesano «ha de buscar pasión», trabajando sin pensar en «producir» sino en «crear» piezas únicas, pequeñas obras de arte que, en su caso, se observan ya desde el momento en que uno se da un pequeño paseo por su galería-taller, ubicada en Zaragoza y que refleja la identidad de Sergio, orgulloso de que el público le reconozca por las características tan personales de sus creaciones y que le otorgan ese punto diferenciador con respecto a otros orfebres y otras marcas, en un oficio tan «cerrado» como el suyo.

Alfredo, Sergio y Carmen, equipo de artesanos de ENCO

Una identidad que ha ido forjando con los años, desde que descubrió que debía plasmar su amor por los minerales y tras involucrarse en su proyecto personal sabiendo que tenía que encontrar el equilibrio con la parte más comercial, sin perder su esencia y su creatividad, siendo, como él mismo dice, «fiel» a sí mismo, afianzando un negocio en el que «no debemos perder nunca nuestra identidad».

El artesano «debe» sentir lo que hace y así, saber transmitirlo en muchas partes del proceso de creación de cada pieza que elabora. En el nombre de las mismas, que le dan sentido a dicho camino o en las conversaciones que tiene con quien busca a ENCO, donde Sergio Salvador se interesa por darle «alma» a la pieza a través de la simbología de los metales y las piedras que utiliza en cada proyecto, para que el cliente no sienta que la orfebrería es un arte «menor» sino un arte «en pequeño», donde todo el ciclo se cierra para ofrecerle algo personalizado y único.

 

NANOVEX innova con ciencia invisible al ojo humano

No hay nada mejor en la vida que tener unos objetivos claros. Y eso es lo que pensó Daniel Pando cuando, a los siete días de defender su tesis doctoral, constituyó su empresa junto a Rebeca Alonso. Su proyecto, NANOVEX BIOTECHNOLOGIES, “made in Asturias”, es muy joven, del 2014, pero sube como un cohete dentro del sector de la cosmética, al que llegaron «actualizando» los liposomas. Tanta innovación tiene esta «startup» que, al año siguiente de su creación, ya recibió el premio CEEI al Mejor Proyecto Empresarial de Base Tecnológica en su comunidad autónoma.

Hoy hemos entrevistado a Daniel Pando, que nos ha trasladado de una forma muy didáctica todos los entresijos de su trabajo, “complicado y muy técnico pero apasionante”.

INICIOS DE NANOVEX A TRAVÉS DE LA NANOBIOTECNOLOGÍA

Los inicios de la empresa se tomaron su tiempo. Daniel estaba inmerso en su doctorado en Ingeniería Química en la Universidad de Oviedo y trabajaba con sistemas de encapsulación enfocados a la medicina. Por su parte, Rebeca trabajaba en un grupo de Química Analítica en la misma universidad, dirigido por el fallecido profesor y catedrático de esta especialidad de la citada universidad, Agustín Costa, quien ya había fundado tres empresas emergentes y tenía bastante conocimiento de gestión empresarial. En uno de tantos encuentros, Rebeca y Daniel empezaron a colaborar y enseguida surgió la posibilidad de montar una empresa con esa tecnología que estaban desarrollando. Apoyados por el profesor Costa, aprendieron los pasos a seguir para trasladar sus proyectos del laboratorio a la realidad. Como inversores, además de Costa, Química del Nalón (a día de hoy, accionista mayoritario de Nanovex) que les dio un impulso “tremendo” aportando un 20% de capital y los catedráticos Francisco Javier García y Mª del Carmen Pazos, además de las empresas Medinversicos del Norte y Moriwase Mapa 97, todos ellos conscientes del empuje empresarial que tenía Nanovex.

De izquierda a derecha: el catedrático Francisco Javier García, Daniel Pando (fundador de Nanovex), el catedrático Agustín Costa, Rebeca Alonso (fundadora de Nanovex) y la catedrática Carmen Pazos. Entrega premio CEEI Asturias al Mejor Proyecto Empresarial de Base Tecnológica en 2015.

En el caso de Química del Nalón, empresa familiar con casi 80 años de antigüedad, sus responsables, que ya tenían algo de experiencia en Nanotecnología, tenían en mente apostar por la diversificación. Con la iniciativa de Nanovex, vieron algo complementario a lo que estaba haciendo su departamento de I+D+i porque supieron de las múltiples aplicaciones que existían en la medicina. Como el presidente de esta compañía es médico, entendía muy bien la tecnología y esas aplicaciones a las que se refería nuestra protagonista de hoy.

¿QUE ES LA NANOENCAPSULACIÓN?

Daniel Pando lo explica con un ejemplo práctico. Simplemente, hay que llevar la función de una cápsula, una pastilla (en tratamiento médico) al campo de la Nanotecnología, donde se trabaja todo en tamaño nanométrico, completamente invisible para el ojo humano. En las cápsulas de este nivel y, en el caso de la medicina, se introducen fármacos, principalmente. Los fármacos basados en esta tecnología se encapsulan en estos sistemas con el objetivo de que, en lugar de que actúe en todo el cuerpo, tal y como hace la terapia convencional, se dirija específicamente donde debe hacerlo y es, en ese punto, donde el fármaco es liberado. De esta forma, se multiplica su eficacia y se reducen los efectos secundarios.

Como han podido comprobar, “el potencial en medicina es brutal” porque, además de esta gran aplicación (vehiculizar y liberar concretamente), hay otras como la que libera el fármaco poco a poco, de forma que si antes el paciente tomaba una pastilla diaria para una patología concreta, ahora solo tenga que hacerlo una vez al mes, por ejemplo. Es decir, que el efecto es el mismo pero se dosifica la liberación del fármaco.

Sin embargo, Daniel nos cuenta que, en medicina, lo normal es que todo vaya despacio «salvo cuando aparece una pandemia, momento en que los procesos se aceleran, como ha ocurrido ahora”. Generalmente, dice, pasan “muchos” años desde el laboratorio hasta la primera fase del fármaco en clínica. Las vacunas contra el coronavirus, por ejemplo, han supuesto una “excepción increíble”, tanto que el CEO de Nanovex nos recuerda que las vacunas de Pfizer y Moderna, tienen la misma tecnología que ellos emplean ya que “son vacunas de RNA, donde el fármaco va en una cápsula que se dirige exactamente donde tiene que actuar”.

DIVERSIFICACIÓN Y ORIGEN DE INDERMAL

El nombre de Nanovex ya estaba en su primer plan de empresa: “NANO” por la tecnología que usan, la «V», por “vesícula” y “EX”, por “exosomas”, unas nanovesículas que produce nuestro propio cuerpo y que sirven para tratar enfermedades. Aunque en un principio pensaron que fabricar exosomas sintéticos con su tecnología podía ser una buena línea de negocio, vieron que era muy costoso, económicamente y, aunque no se han apartado nunca de esta línea de investigación, reconoce que no se dedican a ella de manera prioritaria.

Los comienzos dentro del sector de la medicina fueron “positivos” porque ellos trabajaban mucho con universidades y centros de investigación, desarrollando fármacos para tratar enfermedades y facilitándoles ese vehículo con el que se potencia mucho el efecto del activo. Pero, además de trabajar con entidades de este entorno, también lo hacían con empresas farmacéuticas, que querían desarrollar con Nanovex la labor de I+D pero, para fabricar el fármaco y venderlo en un futuro, «necesitábamos unas instalaciones que cumplieran unos estándares y unas inversiones de millones de euros”, algo que no podían permitirse financieramente en ese momento.

Si entonces Rebeca se dedicaba más a las nanopartículas metálicas, Daniel se centraba en las nanovesículas, de las que conocía su diversidad de aplicaciones dada su experiencia doctoral en Italia, donde trabajó en temas de piel. Así que pensaron que la cosmética era un campo en el que podían ofrecer más y donde podían fabricar activos para un sector en el que se reducían los tiempos considerablemente para llevar el producto al mercado y en el que no se necesitaba tanta inversión. Así surgió INDERMAL.

Equipo de Nanovex Biotechnologies

En medicina, el fármaco debe llegar al mercado con una seguridad “rotunda” y pueden pasar fácilmente 10 años entre su fase inicial y su puesta en marcha ya que, al mínimo efecto secundario que se vea, “cae”. Es decir, que el modelo de negocio de una empresa que quiere innovar mucho en el mundo farmacéutico “casi juega una lotería” porque su modelo de negocio se basa en que, para lograr un fármaco, se necesita inversión para «sobrevivir» aunque luego la “recompensa” ante un éxito, sea “increíble”.

Sin embargo, en cosmética, los chicos de Nanovex vieron que era «muy fácil» monetizar y además, lo mejor de todo llegó con su estudio de mercado, donde observaron que las empresas dedicadas a lo mismo que ellos en cosmética, ofrecían una tecnología muy pobre. Centradas en los liposomas, unas nanovesículas conocidas en el sector desde los años 80, tenían una forma de trabajarlas “poco adecuada, tanto en sus procesos de formulación como en los de fabricación”, que los hacía prácticamente nulos en eficacia y en la estabilidad, razón que aprovechó Nanovex para cubrir un nicho de mercado y con la experiencia adquirida en los ámbitos farmacéutico y médico, con la tecnología ya probada, contrastada y con los estándares que se necesitaban.

Este fue el mensaje claro, la gran propuesta de valor que dieron a sus clientes potenciales aunque al principio, Nanovex necesitó concienciarles de la evolución continua de los liposomas ya que, los actuales, nada tienen que ver con los de los años 80.

“Tirando abajo” mitos y leyendas de estas nanovesículas, empezaron a ofertar su producto a empresas cosméticas con este argumento “de peso” y contraponiéndolo a los de otras de su competencia, que no daban al cliente ninguna información sobre las «tripas» de los liposomas utilizados. Así, esta pyme caracteriza el liposoma a través de todos los parámetros posibles y le da al cliente información de su recorrido y sus posteriores aplicaciones. Una vez el cliente lo prueba, este “devuelve” a Nanovex el producto final para que demuestre, con un testeo y un informe, que los liposomas siguen intactos en el producto cosmético, lo cual genera un “plus” de confianza y alimenta el «boca a boca» de los resultados que ofrece la empresa asturiana.

En ello se centró, en marcar la diferencia teniendo en cuenta las principales preocupaciones de los clientes, ofreciendo productos estables (si se rompen los liposomas es por un problema de formulación) y eficaces, que se comprueban gracias a los ensayos hechos por ellos y por terceros laboratorios (como dato, que sepáis que, a veces, el efecto del activo se multiplica hasta por 15).

¿CÓMO SE PROTEGE EN NANOBIOTECNOLOGÍA?

Cada sector es un mundo. Eso está muy claro. Y el de la Nanobiotecnología no es una excepción. Los puntos de vista, cientos, como nos dice Daniel Pando. Piensa que, en Nanovex, de momento, al dar un servicio “ad hoc” a sus clientes, es difícil proteger, al menos a través de patentes, porque la adaptación al cliente y a sus necesidades es la «clave» y el servicio personalizado, la estrategia. Es decir, Nanovex no tiene un producto estándar, sino “un conocimiento y una tecnología que adaptamos en función de la aplicación y de lo que quiera encapsular” el cliente.

En el sector farmacéutico, “si cada formulación que realizamos es distinta, no tiene mucho sentido tener una patente” cuando se dejan «expuestos», en las bases de datos, «los detalles sobre el qué y el cómo lo que estás haciendo” y si el objetivo es “proteger”, es mejor, al menos para Nanovex, acudir al secreto industrial ya que son ellos mismos los que hacen “muchas variaciones” para adaptar su propia tecnología.

Sin embargo, en cosmética, por un tema “puramente de marketing”, hay clientes a los que, cuando les hacen uno de estos vehículos de liposomas de forma exclusiva, quieren patentarlo con el objetivo de que “se vea en el envase del cliente que tiene esa tecnología patentada”, para darle más valor a su producto final.

Daniel Pando afirma que tendría más sentido patentar su tecnología si tuviera una aplicación muy concreta pero no con esta diversidad porque entiende que “encorsetaría”  a la empresa por tener que utilizar siempre un mismo producto para encapsular cualquier tipo de activo, cuando «cada uno de ellos es diferente y cada uno de ellos tiene aplicaciones distintas».

INTERNACIONALIZACIÓN

Ahora que ya están en pleno proceso de internacionalización con INDERMAL, estiman todavía más su estrategia. Si en medicina ya fueron desde el principio hacia empresas nacionales e internacionales (sobre todo de EE. UU.), en cosmética, sector completamente nuevo para ellos, trabajaron primero el mercado nacional, para entenderlo, conociendo los tiempos de fabricación y de comercialización y dando el salto, el año pasado, fuera de España, con la lección “algo aprendida”. Preparados con dosieres que recogen la información técnica del producto y el resultado de todos los análisis de eficacia, la composición, el regulatorio, dónde se puede utilizar, en qué países, etcétera, los distribuidores informan a Nanovex sobre la “buena impresión” que tienen sobre ellos, como empresa seria, con todo “controlado”.

Identificados ya los principales mercados de cosmética, tanto en EE. UU. como en Europa (Italia, Francia, España, Reino Unido y Alemania) o en países como Brasil, ahora están adentrándose ya en el continente asiático (Corea y China).

VONDOM, investigación e innovación en el ADN de los muebles de exterior

Diseño, innovación, tecnología y vanguardia. Estos son solo 4 de los pilares en los que se sustentan las piezas de mobiliario de interior y exterior de la pyme valenciana Vondom. Con una vocación claramente internacional, cada uno de sus productos respira puro estilo mediterráneo.

El fundador, José Albiñana, conoce bien el material del que se componen los sueños de Vondom, el plástico, pero con una visión en la que es obvio su carácter emprendedor e innovador. Así, desde el inicio de la empresa, ha apostado por diseñadores muy potentes, que desempeñan una gran labor como embajadores de la marca, creando piezas atemporales con total libertad a la hora de trabajarlas.

Y si, además de estos rasgos, hay algo que caracteriza a Vondom, es que quiere ser más que una marca de muebles de diseño donde hay una prioridad en la protección de sus creaciones. Una muestra de ello son los más de 400 diseños que tienen registrados, las más de 40 marcas en EUIPO y Reino Unido  y los 6 modelos de utilidad en España.

La directora de marketing de Vondom, Michelle Poon, aporta algunos datos que dan cuenta de la importancia de esta empresa dentro de su sector, siendo la exportación su punto fuerte, con más del 80% de la facturación total.

En la central de la localidad de Beneixida, en Valencia, trabajan cerca de 100 personas y su filial, en Miami, dispone de 12 empleados y de un almacén logístico desde donde exportan a América del Norte (su mercado principal) y a Canadá. Sus clientes en Europa se sitúan, sobre todo, en Francia y Alemania, además de España.

Como marca, Vondom se dio a conocer a finales de 2008 y tan solo un año después, se estableció como empresa, al darse cuenta de que estaban creciendo mucho como compañía. Esto fue gracias a sus productos y a los diseñadores externos que hay detrás de cada uno de ellos. Los clientes, simplemente, “necesitaban más de Vondom”, un nombre cuyo origen es de lo más curioso, “un secreto”, nos dice Michelle.

Albiñana, como hemos comentado antes, ya conocía el trabajo con el plástico, por su experiencia en una empresa familiar. Pero quiso ir más allá, “dada su inquietud y su gusto por el diseño” y empezó a fabricar productos, por el proceso de rotomoldeo, que permite conseguir cuerpos huecos de cualquier tamaño y formas de una sola pieza, sin necesidad de soldaduras.

Macetero gigante de Vondom

LA IMAGINACIÓN AL PODER Y LOS DISEÑADORES COMO EMBAJADORES DE VONDOM

El moldeo rotacional permite, como decimos, infinitas posibilidades en cuanto a las formas, al contrario que trabajar el plástico por inyección y, con esa idea, Albiñana comenzó por los famosos maceteros gigantes de Vondom, que lanzaron al mercado con unas medidas de hasta 2 metros de diámetro y 1.72 cm de altura, algunos de ellos iluminados y con sistema de autorriego incluido (y protegido por patente). En el momento de su comercialización, eran las más grandes del mundo. Después del éxito de las macetas y, utilizando la misma tecnología, en 2008 empezaron a fabricar muebles de diseño para jardines, dando origen a la colección “JUT”.

En este camino de crecimiento llegó 2009, año en que se estableció contacto con diseñadores externos, siendo Javier Mariscal el primero de ellos. Nombres como Teresa Sapey o José Manuel Ferrero le siguieron y de ahí, la expansión y la colaboración con arquitectos y otros creadores de reconocimiento internacional. Eero Aarnio, maestro de todos ellos y pionero trabajando el plástico en el diseño, realizó para Vondom un caballo “muy divertido, un emblema”, al que bautizó Rosinante, en honor a Miguel de Cervantes y su “Don Quijote”.

Rosinante, de Eero Aarnio para Vondom

Vondom “es multicultural” y trabaja con diseñadores de todos los países del mundo, intentando que unan lo “futurista con lo práctico” pero sin perder la esencia que caracteriza a cada uno de ellos en su estilo. El equipo de Vondom quiere que crezcan juntos, conociendo el destino que los usuarios van a darle a los productos. En esto, los arquitectos cumplen un papel muy importante porque, al dibujar casas o edificios, saben de su funcionalidad, encajando las piezas en cada espacio y adecuándolos a la necesidad de los clientes.

Colección de piezas de la serie «Noma», de Javier Mariscal para Vondom

Como producto icónico de Vondom, Michelle Poon lo tiene claro. “Noma”, de Javier Mariscal, “con el que alcanzamos gran reconocimiento”, que sigue teniendo mucha salida comercial y que fue la primera de muchas piezas «estrella», siendo la última la de Ramón Esteve conocida como “Ulm Moon”, una “atmósfera» redonda que se puede girar, en la que el material principal se mezcla con una cubierta trenzada de polipropileno. Recientemente se ha incorporado una nueva opción en la capota: el tejido Sunvision, una mezcla de hilo poliéster de alta tenacidad recubierto de PVC e hilo acrílico teñido en masa que trasmite una sensación similar a la ofrecida por un material textil.

«Ulm Moon», de Ramón Esteve para Vondom

Por otro lado, el color también es parte importante de los productos de Vondom. Siguiendo las tendencias constantemente, “como no puede ser de otra forma” y manteniendo el blanco y el negro, “esenciales y eternos”. Unos colores que, junto con los nombres de cada pieza, evocan al mar Mediterráneo, de principio a fin.

El mueble de exterior siempre ha sido el objetivo de Vondom y, el comienzo con las macetas, no fue sino una manera de experimentar con otra tecnología distinta a la que seguían hasta el momento. La capacidad de reacción vino reforzada por el éxito del producto y se preguntaron por qué no realizar muebles de diseño de exterior en resina, un material resistente a temperaturas extremas que, con el planteamiento de diseño que existía en la empresa, encajaba también para interiores porque, “hoy en día, los espacios ya no tienen tantos límites y trabajar con material tan versátil, nos ayuda”.

VONDOM REVOLUTION, EL DISEÑO SOSTENIBLE

Vondom ha coqueteado desde hace años con materia prima reciclada. Sin embargo, no fue hasta 2019 cuando cuajó “Vondom Revolution”, donde cerraron el ciclo en el que querían trabajar uno de los valores de la empresa, la “ecointeligencia”, con plásticos reciclados y convertirlos en productos “de larga vida útil y reciclables”. Michelle Poon nos cuenta que, tras dos años con este concepto, ven que los clientes lo aceptan muy bien y están “emocionados” pero, cuando llega el proyecto real a, por ejemplo, un hotel, se dan cuenta de que el precio del bien reciclado, más caro, “para” un poco. Esto, para Vondom, entra en una “incongruencia”. Afirman que es “contradictorio” que se apueste por el reciclaje y la sostenibilidad y luego, se den problemas con la comercialización de los productos de estas características. Con todo, el éxito de esta línea ha sido reconocida por su innovación y su concepto sostenible con numerosos premios internacionales.

VONDOM SE DIFERENCIA DEL RESTO EN……

“Sin duda, en el diseño”, admite Michelle, porque es “único y exclusivo y porque lo concebimos para disfrutar, vivir e incluso para amar”, siempre destacando “el espíritu mediterráneo” pero además, la diferenciación en el sector viene por esa combinación en los procesos de fabricación. De esa forma, si por rotomoldeo se pueden fabricar cerca de 70 piezas en una semana, por inyección, se consigue multiplicar exponencialmente la producción, por lo que este último está destinado, sobre todo, a hoteles o restaurantes que precisan de una cantidad muy grande de producto.

Sofá de la colección «Suave», de Marcel Wanders para Vondom

La evolución de Vondom sigue su curso, como vemos. Lo último, en 2019,  al empezar a fabricar con poliuretano. Esta técnica ha permitido a la marca «romper la barreras entre espacios de interior y exterior». Sofás tapizados que resisten a las condiciones climáticas extremas sin sacrificar diseño.

Ahora más que nunca, «en el momento delicado que estamos viviendo, es tiempo de volver a disfrutar de los espacios exteriores, ofreciendo ambientes cálidos, de espíritu contemporáneo y esencia mediterránea», señala Michelle Poon, cualidades «únicas» que trasmiten marcas del diseño como es el caso de Vondom.

Suavinex apuesta por la sostenibilidad en puericultura gracias a la innovación

Suavinex apenas necesita presentaciones. Esta empresa española tuvo un precedente, ya en 1.980, con la constitución de Exclusivas Rimar, la primera compañía del grupo dedicada a la fabricación de productos de higiene femenina e infantil. Tres años después, se adentró, ya como Sociedad Anónima y con el nombre actual, en productos de puericultura ligera, distribuyendo de forma exclusiva a través del canal farmacia. En la actualidad cuentan con 350 empleados entre sus plantas de España y Eslovaquia.

Interior de las oficinas de Suavinex

En esta pyme familiar, sus valores vienen garantizados, sin duda, por el espíritu emprendedor de su fundador, Rafael Lubián quien, una vez más, se ha reflejado en la última presentación de estrategia, donde han puesto el foco en la “crianza feliz” y en el trabajo de búsqueda y exigencia de sostenibilidad, integrándola en el ADN de la compañía. Para ello, los distintos departamentos de la compañía colaboran, de forma transversal, innovando desde una perspectiva de “bonanza sostenible” porque su objetivo, como empresa, siempre ha sido poner su “granito de arena” para que el futuro de los niños (usuarios de los productos) sea mejor.

INNOVACIÓN Y SOSTENIBILIDAD VAN DE LA MANO

Con todo lo referido, está claro que Suavinex ya contempla la “sostenibilidad” en todos sus productos y en cada momento en el que se habla de “innovación”, comenta Elizabeth Pérez, quien añade que, trabajar en esa línea, no hace sino “potenciar la marca y enriquecer la coherencia” con la que desarrollan su labor dentro de la complejidad que tiene una empresa familiar, donde su apuesta por la profesionalidad desde sus inicios ya es algo innovador”, afirma. Muchas veces, al pensar en innovación solo se piensa en productos pero Elizabeth entiende que también hay que considerarla desde el planteamiento de las personas que dirigen las empresas, como ocurre con Suavinex, donde empezaron como “fabricantes” de pañales y donde, desde entonces, han mantenido la inquietud de estar siempre en movimiento, diversificando y dando seguridad (en innovación, protección y revisión) en todas las líneas que desarrollan a la hora de ponerlas en el mercado porque siempre hay que tener presente la reputación de una marca que está presente en todos los continentes y se ha construido desde hace más de 40 años.

Desde el departamento que Elizabeth dirige, el esfuerzo de sus miembros se centra en el cumplimiento de las normas, la garantía y la seguridad de todo lo que crea la empresa y, ahí, dentro de esa visión, tiene un peso muy importante todo lo relativo a la Propiedad Industrial.

Una visión “muy circular”, porque se defienden y se protegen al mismo tiempo. La defensa se entiende desde el principio, siendo muy insistentes en el tema de la confidencialidad tanto con proveedores, como con clientes o colaboradores, independientemente de que la relación que establezcan con ellos fructifique o no.

Para Suavinex, esta cuestión se ha convertido en un “hito” porque se han dado cuenta de que, este mensaje se ha interiorizado completamente. “Es primordial potenciar contractualmente las cláusulas de protección de Propiedad Industrial, enfatizándolas con todos los actores implicados por la obligada necesidad de reivindicar la titularidad y  la confidencialidad en los contratos”, dice Elizabeth Pérez.

Con respecto al concepto de “know how”, el equipo legal de Suavinex trabaja en el análisis de la protección de cada “figura” que aparece y están abiertos, desde la innovación, a que se puedan cubrir a través de una patente o un modelo de utilidad y también desde el lado de los diseños. Suavinex se mueve mucho dentro del concepto “moda” porque los estampados de las colecciones se renuevan sin parar. De esta forma, todo lo que es el diseño del estampado se protege incluso en las ferias especializadas donde, en algunas ocasiones (como en la de Colonia o en la de Shanghái), han recurrido a la protección por la vía del “diseño no registrado”. Esto es así porque, normalmente, las empresas no disponen de un presupuesto tan elevado como para proteger cada elemento de una colección, que cambia rápida y constantemente.

En muchas ferias especializadas, donde todas las empresas presentan sus últimas novedades de producto, hay departamentos específicos sobre Propiedad Industrial que, tras la solicitud de la empresa (en este caso Suavinex), levantan acta, acreditan que están exponiendo algo exclusivo y que son ellos los primeros en comercializarlo. De esta forma, se da una evidencia de un diseño que todavía no está registrado, asegurándose su originalidad y su autoría.

Recurrir a esta figura de protección de la manera que hemos comentado, es “compatible” con proteger “en serio” cuando dan con un diseño industrial, viendo las sensibilidades del producto, del proveedor, si la producción del proveedor está en otro país (donde ven la posibilidad de extender diseños y protegerlos fuera), “especialmente” en China, etcétera.

“NO PODEMOS HABLAR DE INNOVACIÓN SI NO PROTEGEMOS»

En cuanto a las marcas, desde Suavinex realizan un seguimiento en todas las líneas de producto, vigilando que todas las familias de cada uno de ellos “estén bien metidas en las clases correspondientes”. La importancia de revisar continuamente el catálogo, es un ejercicio continuo porque las tendencias “cambian sin parar” y, admite Elizabeth, “no nos podemos permitir dormirnos en la protección”. Al mismo tiempo, el grupo mantiene una visión “territorial” porque trabajan con otros departamentos de la empresa a la hora de decidir en qué países se va a distribuir el producto ya que,  a modo de ejemplo, pensar en países “exóticos” donde vender sus productos, requiere saber previamente si hay o no registro de marca allí. La colaboración con los departamentos de Marketing, Business Units o Producto es útil para “anticiparse y contar con la sensibilidad de todos ellos” para saber si, cuando están preparando un proyecto, están innovando realmente, es algo que se puede reconducir a través de una posible protección o, aunque no haya innovación, el diseño merece protegerse. En definitiva, como bien refiere Elizabeth, “se trata de cerrar ese círculo de la innovación desde la defensa y la protección”.

COHERENCIA DE SUAVINEX

Suavinex tiene muy claro qué “feeling” existe sobre todo el grupo empresarial, con una identidad ya muy notoria. “Cuando ves un producto, sabes que es de Suavinex porque tiene al final esas notas, ese sentimiento”, algo que no exime de realizar, desde el departamento legal, un trabajo de asesoramiento previo, al inicio de todos los proyectos.

Este consiste en un análisis de ideas y, sobre eso, en todas las vertientes (diseño, patente o marca) investigando en todas las bases de datos que tienen para saber qué es lo que está protegido. Así, aunque tengan muy clara su línea, siempre puede haber inspiraciones de los compañeros de los departamentos mencionados anteriormente y es posible que esas inspiraciones, en alguna ocasión, infrinjan derechos de tercero, algo que “no consentimos nunca” porque, “las reglas del juego que seguimos establecen que, si somos muy exigentes en protegernos, también lo somos respetando la protección de terceros”.

 “NADIE ES INMUNE A LA FALSIFICACIÓN DE SUS PRODUCTOS”

Así de contundente es la afirmación de la responsable del departamento legal de Suavinex. “El mundo globalizado en el que vivimos ayuda y tiene muchas ventajas pero, como en todo, también presenta desventajas y nos encontramos con lugares donde se está vendiendo alguno de nuestros productos sin haber llegado, por nuestra parte, a comercializar todavía”.

Elizabeth habla de la importancia de distinguir los “sustos”, que define como aquellos que se dan cuando algún proveedor les envía alguna foto preguntando qué hacer en estos casos. “Hay que priorizar porque a veces es inviable, por falta de presupuesto, iniciar actuaciones judiciales donde es necesario y por ello hay que poner un poquito de ese equilibrio según la gravedad de lo que se infringe”, dice.

En esta forma de priorizar establece distintos niveles, siendo el más grave cuando se falsifica la página web o cuando hay copia bajo su marca, y que requiere, según su punto de vista “actuación inmediata”, a efectos legales. Cuando hay un producto que se vende bajo la marca “Suavinex” y no es suyo, se está dañando a la imagen de la compañía, a la marca y es responsabilidad de la empresa acotarlo “desde el momento cero”.

Por otro lado, entrando en el mundo de las falsificaciones, “que existen con mayor o menor gracia”, desde Suavinex van contestando y poniendo orden en la medida en la que les es posible llegar. Así que la reflexión es que “si te falsifican, tu obligación es haberte adelantado y que los falsificadores lleguen tarde porque tú siempre has puesto antes el original en el mercado”. Sabiendo que la falsificación es preocupante y hay que luchar contra ella, su estrategia es trabajar “mucho” con distribuidores oficiales, en territorio, con los productos originales. Para Suavinex, es importante que la página web indique claramente quiénes son y dónde están esos distribuidores oficiales, que son quienes venden el producto legítimo de la empresa. En el caso del mercado asiático, van un punto más allá, con unos dispositivos “anti fake” que se colocan en el producto y certifican, a través de códigos QR que dirigen a la página web, la originalidad del mismo.

Todos estos medios impiden, todo lo posible, el ataque de las falsificaciones. Pero, además, es muy importante que “se haga fuerza común con acciones organizadas para poner límites a toda la selva de falsificaciones que existe”. Por ejemplo, Suavinex forma parte de la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema) e incluso pertenecen a la junta directiva. También tienen actuaciones con aduanas, como ocurre en China, donde la empresa se ha dado de alta en una lista según la cual solo los proveedores oficiales puedan exportar productos de Suavinex hacia otros países y de la misma forma solo pueden ser ellos los importadores de los legítimos. Y, añade, los ensayos de seguridad con el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y de Ocio (AIJU), son “imprescindibles” y una señal que ejemplifica que la empresa siempre está “muy encima” durante todo el proceso productivo.

FORMACIÓN E INFORMACIÓN AL CONSUMIDOR SOBRE LA ORIGINALIDAD DE LOS PRODUCTOS

Los medios preventivos son necesarios pero, desde Suavinex, entienden que “la información al consumidor es crucial porque no debe colaborar en ese circuito de falsificaciones que, generalmente, está financiando al terrorismo, la trata de blancas o la explotación infantil”, señala Elizabeth Pérez, quien recalca que, detrás de cualquier producto, hay mucho más que no vemos porque “el logo igual que el original es una estafa, ya que el legítimo tiene su trabajo, su artesanía y, por ética, hay que proteger todo ese proceso”. Considera que es obligación del consumidor no engañarse a sí mismo, sobre todo en un momento en el que “se autodefine como exigente y demanda innovación, sostenibilidad y originalidad, incompatibles con la falsificación”.

PRESENTE Y FUTURO INMEDIATO DE SUAVINEX

Nuestra entrevistada extrae lecciones positivas de lo ocurrido con la pandemia actual y dice que lo mejor ha sido ver que Suavinex “es una familia y hemos estado todos al pie del cañón ante la inseguridad y la complejidad de la situación”. Considera que la reacción de la empresa ha sido rápida, sacando línea de higienizantes o mascarillas que se necesitaban, “siempre cumpliendo los controles y los ensayos”. Tienen que construir muy bien el presente porque “mañana ya es futuro y todo va tan rápido que no te puedes acomodar, en un tiempo que nos va a exigir estar muy bien preparados y cohesionados para hacer frente a cuestiones que ahora no podemos controlar” y siempre bajo los niveles de exigencia que se imponen a ellos mismos como compañía porque las empresas son “actores principales” ante hechos como la crisis climática, por ejemplo, tema en el que deben estar en un primer estadio a efectos de derechos y responsabilidades porque “si cumples con la norma, dentro de la cadena de suministro, sí que voy a tener más coste pero eso me va a dar también mayor competitividad y eso es en lo que tenemos que seguir formando y transmitiendo” porque está claro que no ha de valer cualquier producto para consumir.

Seipasa mejora la salud de los cultivos con tecnología natural

Apostaron por un modelo de negocio tras asistir a un congreso de agricultura orgánica en Cuba, en un momento en el que en nuestro país se hacía complicado transmitir al usuario final lo que ellos bautizaron como “agroquímica natural”. Fundada en 1.998, Seipasa demuestra, a día de hoy, que se cumple el dicho que reza “toda piedra hace pared”. El próximo 10 de junio, recogerá el Premio Nacional de Innovación 2020 en la modalidad de pequeña y mediana empresa.

Con una trayectoria avalada por el trabajo basado en la “Tecnología Natural”, Seipasa elimina la connotación negativa que existe sobre los fitosanitarios, pesticidas, fungicidas o acaricidas. La sociedad “debe entender que el sector del control de plagas no es malo” ya que, si no se controlara, no podríamos consumir muchos alimentos en un entorno en el que se necesita hacerlo de forma racional porque la población no deja de crecer. Por eso, todo lo “bio” tiene sentido en unos productos que buscan rentabilizar los cultivos en el sector de la agricultura, a nivel internacional.

Estas es una de las razones que señala el director de I+D+i de Seipasa, Francisco Espinosa, por las que el Premio Nacional de Innovación “constata que no nos equivocamos” en un modelo de negocio concreto enfocado a un sector primario que, muchas veces, “está denostado y en el que no se cree que existe la innovación, cuando el mundo agro no tiene nada que envidiar a otros como el farmacéutico”, por ejemplo, a nivel de desarrollos, de moléculas o de registros.

Se ha producido una “transición favorable” en el sector y, con ella, una evolución en el planteamiento de los propios agricultores, que han visto los beneficios de utilizar las nuevas herramientas que les ofrecen empresas como Seipasa. Por ejemplo, hasta hace unos años, un paciente recibía un antibiótico en una farmacia sin necesidad de receta pero, gracias a la evolución de los fármacos y su regulación, ya no es así. En el caso de la agricultura se  produce una situación parecida, desde el momento en que la sociedad se ha planteado un cambio en el modelo y, con él, en la legislación.

El agricultor ha tenido que adaptarse a esta nueva realidad, uniéndose más con el entorno y trabajando la tierra y los cultivos de una manera más “racional”. Antes, los agricultores no entendían muy bien el mensaje que les transmitía Seipasa, sobre hacer una agricultura “diferente”, combatiendo plagas y enfermedades con soluciones y con recursos naturales. Tampoco había una necesidad de mercado, con lo cual no les hacía falta “abrir su mente para explorar nuevas alternativas de control”. Quizás, a través de la agricultura exclusivamente orgánica, con unas herramientas mucho más limitadas, sí que se podía acceder al mercado (de hecho, Seipasa pudo hacerlo por esa línea) pero, a partir de ahí, la evolución en estas dos décadas marca ya “una tendencia global”.

El futuro es “halagüeño” aunque todavía queda por hacer. Es posible, afirma Espinosa, que este modelo no sea directamente exportable, a día de hoy, a países como India porque es más caro y porque allí no hay opciones de darle un valor añadido al cultivo por el que «merezca la pena esforzarse económicamente». Como ocurría aquí hace unos años, no tienen esa necesidad y, además, “regulatoriamente no tienen esa prohibición en el empleo de sustancias químicas”. Así que, en ese aspecto, este modelo funciona mejor en economías de EE. UU. y Europa, y en países como México, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Marruecos.

ORÍGENES DE LA EMPRESA

Ser pioneros en este sentido es lo que ha hecho que esta empresa marque la diferencia de otras que están hablando, en la actualidad, de soluciones naturales o principios activos de origen botánico o microbiológico.

Pyme de capital nacional exclusivamente, sus orígenes se dieron tras un congreso de agricultura orgánica al que asistieron en Cuba, país donde, debido al bloqueo con EE. UU., no había sustancias químicas para fabricar insecticidas. Esa escasez les permitió, a los fundadores de Seipasa, observar que los agricultores locales habían desarrollado herramientas a base de extractos botánicos o de cepas microbiológicas que ellos mismos hacían crecer y que habían conseguido perfeccionar una técnica para los productos. Fijándose en esa idea, pensaron que se podía exportar, para empezar, a España. El crecimiento de la empresa se dio cuando la sociedad de consumo empezó a pedir esa calidad en el sector y esa racionalidad de los tratamientos, tal y como señala Espinosa.

PROCESOS LIGADOS A LA DEMANDA DE LA SOCIEDAD Y A LA REGULACIÓN

Como decimos, la agricultura debe adaptarse a lo que quiere la sociedad de consumo. Pero cada país es diferente y, por lo tanto, no se puede hablar de un ajuste global sino, específicamente, en cada mercado, al que se une la regulación, muy “paternalista” en el caso de la europea, que es la que más “afecta” a Seipasa y que, en opinión de Espinosa, para empresas pequeñas “es complicado” acceder al juego porque el esfuerzo para conseguir un registro de un producto fitosanitario “se extiende mucho en el tiempo”, en este continente.

La regulación europea se recoge en el REGLAMENTO (CE) 1107/2009 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 21 de octubre de 2009 relativo a la comercialización de productos fitosanitarios. Según esta normativa, la empresa debe redactar un dosier sobre la sustancia activa acerca de la que ha desarrollado datos y elige a un estado miembro de la Unión Europea para que lo evalúe y que traslada la documentación y su evaluación tanto al resto de estados miembros como a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Una vez se acuerda que la documentación cumple todos los requisitos, se procede al registro de la sustancia activa en toda la Unión Europea. Posteriormente, se registra también el formulado agroquímico basado en esa sustancia activa, que se realiza individualmente estado por estado.

Aunque haya mecanismos europeos, “de reconocimiento mutuo”, que aceleran el proceso y están diseñados para que, una vez un estado miembro haya evaluado, el resto pueda hacerlo de manera rápida, la realidad es que “cada país es muy celoso y quiere revisar el dosier y realizar sus comentarios, con lo que el camino se hace largo en Europa” cuando además, cada cultivo del que se quiere que aparezca en etiquetado, requiere un mínimo de 12 ensayos de eficacia, con una media de entre 3.000 y 5.000 euros por ensayo, por cultivo y plaga.

Sin embargo, en EE. UU. es diferente porque, desde que se presenta el dosier hasta que se obtiene el registro, pasan unos 18 meses. No se requieren ensayos de eficacia para registrar un producto porque el mercado es el que valora si funciona o no, a través del volumen de ventas.

Además, hay que tener en cuenta a las cadenas de distribución, que son incluso más  “exigentes” que la legislación y que dejan al agricultor, progresivamente, “con menos herramientas para sacar adelante sus cultivos”. Esto precisamente fue lo que hizo nacer el concepto de “control integrado de plagas”, con Almería como provincia pionera en nuestro país. Consiste en utilizar todas las herramientas disponibles para el agricultor y ajustarlas de manera que se maximice y se potencie su efecto en los cultivos. Por ejemplo, si contábamos con 100 referencias químicas para utilizar en un tomate, con las restricciones que marca la regulación, solo podemos “jugar” con 10 de ellas pero el supermercado solo permite usar 3 a lo largo de todo el ciclo, de manera que hay que aprender cuál es el momento para usarlas y cómo usarlas.

Junto con la “fauna auxiliar” (insectos que combaten a otros insectos, no son nocivos para el cultivo e impiden que se instale una plaga o son capaces de competir por el nicho biológico contra la plaga para el cultivo) y extractos botánicos y microbiológicos, se puede obtener, finalmente, un cultivo sin residuos químicos y tratado de una forma “infinitamente más racional”.

El éxito de Seipasa está en este nuevo manejo de las herramientas a disposición del agricultor, con un uso de los químicos, de los que no “reniegan” porque deben convivir con “lo natural”. Antiguamente, a un agricultor, cuando utilizaba un químico, le preocupaba menos el manejo de la monitorización del cultivo, según dice Espinosa. “Llegaba un día, veía una plaga, fumigaba, arrasaba y dejaba todo limpio”. Pero ahora, la agricultura “se ha tecnificado muchísimo” y, gracias a empresas como Seipasa, cualquier agricultor sabe cuándo tiene que utilizar un control biológico o natural para evitar que se instale la plaga, si debe utilizar un producto microbiológico para conservar la biota del suelo, conoce los momentos concretos en los que tiene que utilizar el químico para que se vaya degradando, los plazos de recogida previos o sabe que si entra una plaga dentro de los límites establecidos por ley, no puede usar un químico pero sí un insecticida biológico.

INVESTIGACIÓN EN PRODUCTOS BASADOS EN QUÍMICA NATURAL

Como en el caso de Seipasa se identifican los principios activos a nivel botánico, parte de su “lucha” está en saber si la materia prima se encuentra en cantidad suficiente como para hacer que el proceso tenga sentido y el proyecto no tenga que pararse. En el proceso de trabajo hay que trabajar mucho a nivel extractivo porque un compuesto botánico tiene cientos de principios activos diferentes, de moléculas distintas, y hay que ir purificando hasta conseguir la molécula que se busca que, además, beneficia a nivel regulatorio porque, cuanto más pura sea, más sencillo será de encajar con la legislación. Tanto la extracción como la identificación de moléculas activas las realizan con centros de investigación o con universidades. Después, como trabajo interno, hacen un formulado agroquímico que maximiza o que potencia el principio activo que se ha aislado en natural. De ahí, lo de TECNOLOGÍA NATURAL.

Más tarde, en un invernadero cercano a las proximidades de la fábrica, se aplican los prototipos, entran en contacto con las plagas y prueban su efecto. No siempre funcionan como esperan, tal y como reconoce el director de I+D+i de la empresa, porque hay veces que se cree que en laboratorio, un producto va a tener mucho efecto, pero luego resulta muy complicado de trabajar en vivo porque se degrada más por la luz o el calor, al ser activos menos resistentes que los químicos, aunque más racionales también. Y ha habido otros para los que se tenía identificado un nicho muy claro y que, al probarlos, los efectos no son los que se pensaban como fungicida, por ejemplo, y sin embargo funcionan muy bien como acaricidas.

El cambio en las condiciones climáticas también puede dar “sorpresas” a los productos de Seipasa. Como la materia prima siempre es de origen natural, tienen que trabajar conociendo quiénes son los productores de la misma y “cerrando” cosechas. Se han dado años en los que se han disparado los precios por lluvias intensas que han malogrado, por ejemplo, el cultivo de la flor de crisantemo en Tasmania, país importante para ellos. Ante estos imprevistos, Seipasa debe ejercer un “efecto tampón” con el mercado ante posibles fluctuaciones y garantizar así el modelo de negocio.

ACTIVOS EN PROPIEDAD INDUSTRIAL

Con este tipo de características empresariales y con esta clase de producto, Seipasa cuenta con 54 marcas en todo el mundo, 3 patentes nacionales, una europea que está en proceso de “traslado” a Reino Unido, Francia, Italia y España y otra patente más (también europea) en fase de evaluación. Desde el principio, entendieron la necesidad de proteger sus innovaciones porque los beneficios que se obtienen apostando por defender las marcas, innovaciones y las invenciones son muy claros, y más en un sector tan regulado como el de la agricultura, donde hay que invertir tanto dinero para acceder al mercado según las exigencias de la legislación. Tal y como dice el director de I+D+i de la empresa, la “Propiedad Industrial te da muchas veces la exclusividad que no te da el regulatorio”.

“Hay que estudiar las bases de datos de patentes”, aconseja Espinosa, para quien se trata de una modalidad de Propiedad Industrial “muy interesante” cuando se adquiere experiencia en la lectura de ese tipo de documentos, gracias a lo que “uno se hace una buena idea de la línea empresarial que se debe seguir, al tener también la referencia de la competencia”.

Las empresas pequeñas tienen que “focalizar muy bien dónde invierten cada euro” y, aunque para ellas patentar no sea sencillo, siempre va a ser “positivo”, afirma Francisco Espinosa, quien aconseja, en el caso de las pymes, “ir de la mano” de expertos en Propiedad Industrial e Intelectual y aprender a plantear una estrategia, en modo “prueba y error”, entender el funcionamiento de todo el proceso de protección, conocer los plazos, preguntarse dónde se quiere patentar o estudiar si resulta rentable, económicamente.

Uno de los productos sobre los que tienen concedida patente es FUNGISEI, un formulado microbiológico a base de un Bacillus subtilis, que ganó un Agrow Awards en 2017 en Londres, como “innovación formulativa”. La patente protege el soporte, que lo que hace es que el microorganismo sea estable dentro de un medio líquido, un “reto” para ellos porque tenían una primera generación de formulados microbiológicos que eran en polvo o en sólido (más estables). Implantado en el mercado americano desde hace varios años, a España llegará en los próximos meses.

PIRECRIS, referencia en el mercado nacional, es un insecticida natural a base de un extracto que se obtiene de la flor del crisantemo, cultivo “interesante” porque la que tiene las características concretas por las cuales se puede obtener el insecticida, solo está en el centro de África (Kenia, Ruanda), en el norte de Tasmania y en una zona pequeña de China fronteriza con Vietnam.

Con estas materias primas”, lo importante es ir a los lugares donde se encuentran y hablar con los agricultores, entendiendo el cultivo, saber que tiene dos cosechas, con dos cortes de la flor y que el primer corte de la flor tiene mucho más principio activo que el segundo, por ejemplo.

En cuanto a RADISEI, otro de los productos “estrella” de Seipasa, se basa en una cepa exclusiva de Bacillus subtilis para aplicación radicular y está muy enfocado en maximizar el potencial de la biota del suelo, proteger la raíz y la planta y generar una base de sustento muy importante para la planta porque, muchas veces en agricultura, el suelo es el gran olvidado del proceso.

LZF Lamps, artistas de la luz en su modo más innovador y sostenible

Disfrutar con lo que hacen y ofrecer «un producto sorprendente, único, singular y si es posible, cargado de poesía». Así de tajante se muestra la protagonista de nuestro artículo de hoy. Mariví Calvo, pintora, fundó su empresa junto al músico Sandro Tothil hace 27 años. Con esa filosofía y, tras nuestra conversación, está claro que impregnan su mentalidad de artistas en los procesos de diseño y fabricación de todos sus productos, lámparas de madera hechas a mano.

LZF Lamps se ubica en la localidad valenciana de Chiva. Una antigua bodega, transformada en una mezcla de “casa y empresa” es el lugar donde trabajan para “hacer humanas” las estancias donde vivimos y donde el equipo se une en su idea del “saber vivir”, pero sin dejar de aprender de  todos los diseñadores con los que colaboran.

A lo largo de este año, en el que hemos pasado tantas horas en casa, ha cobrado más importancia la decoración en general. El hecho de tener unos elementos u otros «define, identifica, habla de los gustos de las personas que eligen un elemento de iluminación u otro». Una lámpara “siempre es efectiva” porque, en un ambiente, “cambiar la lámpara, lo cambia todo”, según la opinión de Mariví y Sandro que añaden que, en definitiva, cuando se entra en un hogar, se puede percibir el carácter que tienen los miembros que la integran observando sus muebles o sus lámparas.

Antes de conocer todos los proyectos que han desarrollado hasta el momento, Mariví Calvo nos invita a conocer su espacio de creación, una fábrica que, en estos momentos, se encuentra en “plena revolución” porque, de vez en cuando, les gusta reubicar físicamente todos los productos mientras continúan con la labor de investigación de materiales, entre otras cosas.

Esta pyme, con poco más de 30 empleados en la actualidad, presenta unas líneas principales de trabajo. Con la “orgánica”, por ejemplo, pretenden explorar el volumen que se puede conseguir con la madera de una forma más “lúdica” mientras que la vertiente “arquitectónica” es más “minimal” porque muchas veces, los arquitectos, dependiendo de las características de las instalaciones, “no quieren que la atención se pierda en la iluminación sino que quieren conservar la pureza de sus líneas”.

En tercer lugar, una línea en la que ellos trabajan “desde el minuto 1” y que fue uno de los motivos por el que recibieron el Premio Nacional de Artesanía en 2011, es la que recupera a los artesanos y cuyos elementos están en series numeradas. Sus padres, naturales de Monreal del Campo (Teruel), le inculcaron seguramente el placer de trabajar de forma tradicional, como lo había hecho su abuelo, albardero de oficio. Mariví es consciente de que ha sido una vertiente en la empresa que, si bien tiene mucho éxito entre los clientes, ha tenido un camino difícil porque, hace unos años, “hacer artesanía casi no se podía ni nombrar porque lo relacionaban siempre con el folklore y lo tiraban para atrás” y, sin embargo, ahora la situación ha cambiado, «afortunadamente».

Smelly Fant. Modelo hecho con vareta.

OBJETOS SIGNIFICATIVOS SI, PRODUCCIONES MASIVAS NO

Mariví y Sandro comenzaron su andadura con un “happening”, una manifestación artística en la que confluyen distintas disciplinas y que cuenta con la participación, espontánea o no, del público que asiste a la misma. La exposición que organizaron en ese momento, llamada “LUZIFER”, contaba con artistas, diseñadores industriales, gráficos, de moda y arquitectos que hicieron una interpretación de luz y madera. El caso es que tuvo tanto éxito que, a partir de ahí, salió una colección “muy interesante” y llamó la atención de un empresario de Mallorca que les propuso hacer 600 lámparas para un hotel de la isla.

Desprendido de este primer proyecto, encontraron la necesidad de crear una empresa pero sin desvirtuarse, siguiendo unos principios que han intentado mantener durante toda su trayectoria, “creando objetos artesanos que tuvieran sentido, que fueran vivos, bellos, funcionales, originales, más que hacer una producción para sacar dinero”.

LZF Lamps “ha crecido muy poquito a poco”, indica Mariví Calvo, introduciendo ciertos cambios para estar actualizados y ampliando el equipo. Además de los diseñadores y los artesanos, “es necesario contar con gráficos que crean la imagen, expertos que lanzan los prototipos”, un equipo “gigante”, en definitiva, que debe funcionar unido para que todo se haga “de una manera coherente, que explique la filosofía de la empresa, que cuide los detalles, el tiempo, que sea sensible y empática con el cliente”.

Y en esa filosofía se incluye trabajar con maderas certificadas, que no pertenezcan a explotaciones irregulares, que lleven un trazado de los lugares por donde pasan hasta que llegan a ellos porque, repite Mariví, en LZF Lamps han buscado “con ahínco”, desde sus inicios, la sostenibilidad. Más del 50% de la facturación de la empresa pertenece al mercado de EE. UU. ,si bien los proveedores son locales y las maderas, sobre todo de cerezo, haya y bolívar, pintadas con tintes naturales, son protegidas en fábrica por el tratamiento que le dan a la madera, denominado “Timberlite” y que está patentado.

LA PROPIEDAD INDUSTRIAL, CLAVE EN EL TRABAJO DE LZF LAMPS

“Cada prototipo debe ser cuidado al máximo”. Por ello, es “obligado” cuidarlo y para ello, deben contar con la Propiedad Industrial de los diseños. Lo hacen firmando, en primer lugar, un contrato con los diseñadores, que ceden el uso de sus proyectos a LZF Lamps. Desde la empresa, se procede al registro en el ámbito de la Unión Europea y, cuando ya lo tienen concedido, lo extienden a los países en los que quieren trabajar que, por lo general, son EE. UU., Japón, Australia y Canadá.

En este punto, Calvo nos habla de lo “pejiguera” que es la iluminación ya que, “puedes proteger la lámpara en Europa, que tiene un sistema de iluminación determinado pero tienes que contar con que Canadá y EE. UU.  tienen otro distinto, Japón otro, Sudamérica otro…”, lo cual les lleva a pasar por inspecciones, por modelo, “muy costosas” económicamente hablando pero gracias a las que pueden vender en los países que les interesan, motivo por el que razona que “no se trata de un gasto, sino de una inversión” porque, actuar así, es ventajoso para que la empresa tenga el control tanto de sus marcas como de sus productos.

En sus 27 años de trabajo, reconoce que ya han perdido la cuenta de todos los elementos que tienen colocados por todo el mundo. Piezas emblemáticas que tienen una historia muy personal detrás de su creación y su elaboración, como el KOI, un pez que representa el “emblema” de LZF Lamps o que, “al menos, es el que mejor define nuestra manera de entender el funcionamiento de la empresa”.

“Cuando presentamos un nuevo producto, intentamos imaginarlo en un sitio especial, en unas dimensiones especiales para que tenga su protagonismo” y este es, precisamente, el camino que llevó a la creación de su KOI y que vamos a explicar a continuación.

Todo empezó cuando estaban haciendo una lámpara con Luis Eslava, llamada “Armadillo” y que se trata de una superposición de cuadrados de madera que, al encenderla o al apagarla, tenía un resultado muy diferente. Cuando trabajan con un diseñador, indica Mariví, ocurre que trae una idea pero, a veces, no resulta como se espera exactamente, por el juego de la luz, básicamente, como ocurrió en este caso. La lámpara era “muy bonita” apagada porque era “como un traje de lujo” pero, al encenderla, el equilibrio entre luces y sombras, “estaba muy descompensado” y por lo que tuvieron que investigar, durante un año, para que el efecto que provocaban las superposiciones, fuera otro.

Durante este tiempo de estudio, Mariví no dejó de visualizar la forma de un pez, algo que continuó en Nueva York, durante la Feria Internacional del Mueble Contemporáneo, la ICFF.

Para su stand, LZF Lamps, invitó al equipo de Inocuo The Sign, que realizó una exhibición en directo durante la presentación del modelo “Agatha” (inspirado en Agatha Christie), diseñada por Luis Eslava.  Allí, Mariví Calvo pensó en hacer un pez “volador”, como los de El Bosco en “El Jardín de las Delicias”. Poco a poco, el proyecto fue cobrando vida hasta llegar a desarrollar una película sobre el pez, en la que trabajaron más de un año y que funcionó para promocionar este “personaje”, al que llamaron “KOI». Poco después, retomaron el proyecto gracias a la colaboración con Manolo Martín, artista fallero que trabaja la vareta, técnica tradicional que consiste en modelar las figuras con listones finos de madera, que están humedecidos para facilitar su curvatura.

El KOI, “hecho con ilusión y mucha calma”, se materializó poco más de un año después. A pesar de que “costó mucho que arrancara”, según Mariví, cuando lo hizo, se convirtió en la imagen principal de LZF. Productos como este “no son de catálogo” sino que los hacen para que, además de ser funcionales, que vayan más allá, que evoquen, que produzcan una reacción al verlos, al ser tan “espectaculares”. Por otra parte, con este tipo de elementos, también quieren que los clientes se sientan protegidos, únicos, razón por la que cuidan mucho su ubicación.

Esta lámpara “icono” de LZF, forma parte de una familia de animales gigantes que trabajaron con el ilustrador y diseñador gráfico Isidro Ferrer, que planteó un elefante, un pez con patas, unos pájaros en horizontal y en vertical y con el escritor Carlos Grassa Toro, que escribió, a modo de carnet de identidad, la vida de cada uno de ellos. 17 historias “divertidas, sencillas y surrealistas” que se hicieron realidad de la mano, de nuevo, de Manolo Martín. 

Con este trabajo, centrado en la vareta, como hemos indicado antes, LZF quiso recuperar la labor de algunos artesanos que, desde la empresa, pensaban que estaba desapareciendo.  Línea que extendieron a otro proyecto, en el que fusionaron la madera y el vidrio, para resaltar ambos “en un juego que resultara empático”. Se encapsuló en una colección, diseñada por Mayice Studio, con unas lámparas llamadas “Dune”, “Elis” y “Estela”. Gracias a Eduardo Garuti, maestro soplador de vidrio,  se crearon unas piezas únicas en las que emplearon un año en la creación y otro año y medio hasta llegar a “sacar” los productos, en los que hay “mucha tecnología” detrás, por ejemplo, para evitar que la lámpara se empañara, ya que la madera, al estar “viva” siempre tiene su humedad y, al darle potencia con luz led, “se necesitaba investigar mucho para controlar cuestiones que a priori, no se contemplan”. El camino que recorrieron con esa colección les valió para que, en 2020, LZF recibiera, por el modelo “Dune”, el premio “Best of the Year” (BOY) de la revista Interior Design en la categoría de “luminarias colgantes”.

Enumerar los premios que ha recibido esta pyme hasta la fecha es complicado. LZF, Premio Nacional de Diseño 2020, realiza campañas publicitarias impactantes, que también son galardonadas. Mariví Calvo destaca dos en concreto, por las que fueron galardonados con los Good Design del Museo de Arte de Chicago y con los Red Dot de Alemania.

La primera de ellas, «High Fidelity», estuvo apoyada en la música. Para desarrollarla, invitaron a un músico de Los Ángeles que creó una canción para cada lámpara. El equipo de la empresa diseñó una campaña gráfica basada en portadas de discos, con la ficha técnica de cada lámpara detrás.  Dentro, en lugar de un vinilo, el póster con las novedades de ese año.

La segunda de las campañas, por la que siente un auténtico orgullo, es “Telling Tales”, para la que volvieron a colaborar con Isidro Ferrer y Carlos Grassa Toro, a quienes les indicó que “estaba cansada de hacer fotos de lámpara, mesa y sillón”.

Catálogo de la campaña «Telling Tales».

La propuesta, basada en tres claves: mujeres, la película “La Ventana Indiscreta” y las obras del pintor americano Edward Hopper, estuvo reforzada por un gran trabajo de diseño de interiores, como se puede ver en las imágenes.

Satisfacción por los procesos creativos, tomados siempre dentro de esa filosofía del “saber hacer y saber vivir” y satisfacción por el reconocimiento nacional e internacional por el trabajo de LZF pero también, por los lugares a los que han llegado con sus lámparas. Mariví Calvo admite que tienen unos espacios favoritos para ubicar sus productos. Por ejemplo, los hospitales de EE. UU., tanto los oncológicos como los infantiles, porque ambos son como “residencias de lujo donde se cuida mucho el ambiente para que sea agradable”. Las lámparas que diseñan en esta empresa valenciana son “cálidas y muy sensibles” y, por eso, encajan tan bien, desde su punto de vista.

Y, además de trabajar en el ámbito hospitalario, se sienten muy satisfechos con su trabajo en hoteles, de todo el mundo, donde se pueden ver sus piezas en las zonas comunes, así como en restaurantes, con experiencias “muy gratificantes”, como su colaboración con el chef español José Andrés, con quien trabajan por medio del arquitecto Juli Capella y que dispone de lámparas emblemáticas de LZF Lamps en sus establecimientos de Orlando, Washington, Nueva York, Puerto Rico y Bahamas. Oficinas de Facebook, Coca Cola, McDonald´s o la Biblioteca de los Gatos, en California, son algunas de las tantas instalaciones que han realizado alrededor del mundo.

La pandemia les ha afectado, aunque se ha dado un “subidón” de las tiendas online y de los  particulares. En un momento en el que tienen que vender “muchísimo” porque “estamos invirtiendo de manera potente”, empiezan a ver que los contratos con hoteles, restaurantes, casas rurales o alojamientos vacacionales de todo tipo se vuelven a activar poco a poco, lo cual es señal de que la gente “confía en que esta situación acabe pronto”.

Vidorreta Design y Nexkin Medical innovan en el sector sanitario uniendo diseño y creatividad

Para que un equipo de trabajo funcione debe existir un buen nivel de comunicación entre sus miembros, sobre todo si se pretende llegar con éxito a cumplir con el objetivo marcado como empresa, pertenezca al sector que pertenezca.

Hoy os presentamos el caso de una pyme joven, Vidorreta Design, tecnológicamente potente y dedicada al diseño de productos. Todos sus proyectos tienen un estilo, marcado por la impronta de sus integrantes, ingenieros y diseñadores gráficos en su mayoría. El 2020 ha sido fructífero para ellos porque ha coincidido con un proceso de cambio, tanto a nivel de sociedad como de local físico, comenzando 2021 con un resultado “exponencial”, a pesar de la pandemia. Como bien dice su co-directora, Zuriñe Aguirre, pudieron recoger los frutos de sus 5 años de vida, en los que fueron trabajando “casi en silencio”, afianzando su posicionamiento en el sector de la salud, su propia marca y viendo, durante el confinamiento, que era el momento de “coger fuerza y despegar como un cohete”, comenta.

Equipo de Vidorreta Design con Javier Vidorreta al frente

Como decimos, su experiencia en el diseño de productos del sector sanitario ha sido la principal razón por la que el equipo de Vidorreta Design recibió un encargo concreto de Nexkin Medical, empresa especializada, desde 2009, en desarrollar tecnología para mejorar las pruebas de alergia. En este artículo vamos a desgranar ambos perfiles empresariales y vamos a ver cómo, proveedor y cliente, han llegado a una simbiosis perfecta creando, en estrecha colaboración, un producto cercano, amable, estéticamente atractivo y con la mejor de las tecnologías, protegiendo su marca, patentando y defendiendo su diseño.

Vidorreta Design surgió en 2015. Fundada por Javier Vidorreta, poco a poco fue integrando profesionales que buscan soluciones “ingeniosas pero muy prácticas” aportando nuevas experiencias de usuario que combinan el desarrollo técnico de la ingeniería con la sensibilidad «humanística y artística» en la creación de nuevos productos para sus clientes.

Centrados en crear la empresa, en darle forma a unos pilares que les hicieran fuertes, con los que apoyaran las capacidades internas de desarrollo, que fueran equilibradas y correctas con la demanda y, sobre todo, con la visión corporativa que tiene Vidorreta Design, reconocen que están ahora en el momento de invertir en marketing, publicitándose al exterior ante el convencimiento de que el diseño es “un concepto muy abierto pero, a veces, un poco ambiguo” donde, en lo que se refiere al desarrollo de ingeniería de dispositivos, “todavía existe mucho desconocimiento sobre la importancia que tiene apostar por él”, lamenta Zuriñe.

INVERTIR EN DISEÑO MULTIPLICA EL VALOR DEL PRODUCTO

Es decir, que si invertimos en ingeniería y en diseño, “los productos multiplican su valor, son más atractivos porque cumplen varias funciones y se venden mejor”, comenta. Pero todo esto debe venir reforzado, en su opinión, por crear una “educación” en torno al diseño, ya que, en general, está claro que somos “muy compradores” de productos a los que hemos llegado por factores que nos han influido al verlos. De ahí la relevancia que tiene conseguir, a través del diseño, que un objeto o producto “pase de ser algo normal a que se pueda viralizar, con una imagen que exprese su esencia y sus cualidades”.

Cualidades que, en el sector de la salud, pasan por transmitir “seguridad, normativa, sencillez, tecnicismo o limpieza”, tomando decisiones con el cliente y conociendo las expectativas que tiene puestas en el diseño, en la funcionalidad del producto y trabajando siempre de manera cooperativa donde, en el caso de Vidorreta Design, los ingenieros desarrollan toda la parte mecánica mientras que los diseñadores gráficos le dan la imagen corporativa.

GRAN CAPACIDAD TÉCNICA Y DIVERSIDAD DE PERFILES PROFESIONALES, PUNTOS FUERTES EN VIDORRETA DESIGN

Esto es, precisamente, lo que Zuriñe Aguirre cree que marca la diferencia en esta pyme navarra, la “gran capacidad técnica” del equipo, junto a la diversidad de perfiles, incluido el suyo, ya que proviene del mundo sanitario, aportando con ello una visión “más de consulta”. Extraer los conceptos “base” que hacen que el producto sea más potente, tenga más funciones y sea más capaz de lo que en un principio se proponía se debe, precisamente, a la metodología que siguen y que apoyan en la “imprescindible” comunicación con el cliente.

En ese procedimiento también es relevante que la evolución de cualquier dispositivo que crean se vea en forma de prototipo, realizado en el taller de la empresa, trabajando con fabricación aditiva para ver, físicamente, lo que han dibujado en papel o diseñado en el ordenador. Para estas pruebas, hay partes que realizan ellos mismos pero, para otras, recurren a proveedores externos y, combinando ambos modos, consiguen ser ágiles con los instrumentos que se utilizan para las reuniones, donde el cliente verifica lo que se ha propuesto y trabajado en conjunto.

Un cliente, como es el caso de Nexkin Medical, al que la empresa de diseño de producto ha llevado de la mano desde el primer momento. Los equipos de ambas empresas han trabajado de manera convergente hasta llegar al momento de la comercialización, punto donde se encuentra ahora mismo el producto, un dispositivo médico que ayuda a digitalizar las pruebas de alergia, conocidas como “test prick”.

Hasta ahora, en las pruebas de detección de alergias, se colocan unas gotas de unas sustancias que pueden dar alergia al paciente, se pinchan con una lanceta, y se espera 15 minutos a ver si se provocan una reacción, una pápula. La piel se eleva y el contorno de esa elevación se traslada a una hoja de pruebas, donde se mide el tamaño de esa forma detectada. En función de ese tamaño se hace una valoración, conjuntamente con la historia del paciente, viendo así si tiene una alergia.

El cambio que introduce el dispositivo, llamado Nexkin DSPT, es que digitaliza la lectura de la prueba. El aparato localiza las pápulas en el brazo del paciente, las mide automáticamente e incorpora el resultado al sistema clínico de manera automática también. Con ello, se da más valor a una prueba que es muy útil para los alergólogos ya que, al automatizarla, hacen una lectura más rápida, más segura y objetiva, con una medición más precisa.

El CEO de Nexkin Medical, Óscar Matellanes, apunta que el origen de este invento surgió de la idea del doctor Gabriel Gastaminza, especialista en alergología de la Clínica de la Universidad de Navarra quien acudió, en 2012, a un grupo de ingenieros de la universidad para decirles que en el proceso de recogida de pruebas de alergia existía una parte que debía mejorarse, a nivel tecnológico. La spin-off que se constituyó, desarrolló así la tecnología de base en el campus universitario navarro, en concreto en la Escuela de Ingeniería, Tecnun, y su centro de investigación asociado (CEIT) y la gestión de la patente también se llevó desde el área de Propiedad Industrial e Intelectual de la misma universidad.

Como empresa, Nexkin Medical se constituyó definitivamente en 2016, cuando se vio que el producto tenía potencial para salir al mercado. Actualmente está instalado en la Clínica de la Universidad de Navarra, en centros de Vitoria, San Sebastián y en el hospital Carlos III de Madrid.

Su instalación es muy sencilla y está teniendo, en palabras de Matellanes, una buena acogida entre los clientes. El dispositivo, que semeja un arco, cabe en una mesa. Una vez debe realizarse la medición, el paciente coloca su brazo bajo el dispositivo y los datos son recogidos en una tableta, desde la que se hace toda la gestión de los resultados de las pápulas. Toda esa información es la que se vuelca al médico, que hace la valoración y el diagnóstico, de forma que, además de aumentar la eficiencia de los test a través de la digitalización de los mismos, se cuenta con una tecnología “escondida” detrás de unas formas agradables que utiliza alguien “que no tiene por qué conocer cuáles son los circuitos electrónicos ni el software interno”.

Si bien este es el primero de los productos que tienen desarrollados para la lectura digital de las alergias, Nexkin Medical tienen previstas variaciones “exitosas” del dispositivo original ante la posibilidad de pruebas adicionales sobre estas mismas afecciones como, por ejemplo, las relacionadas con las alergias a medicamentos, en las que, para el diagnóstico, se hacen pruebas intradérmicas.

ESTRATEGIA COMBINADA DE PATENTE, MARCA Y DISEÑO

Para llegar a todo este desarrollo de producto han necesitado de una buena estrategia de protección de su tecnología, que ha seguido el “equilibrio de las tres patas” que más les interesan, además de los diseños industriales y del conocimiento, que guardan internamente.

En su táctica de protección, combinan patente a nivel de tecnología, con una marca que tiene sentido, sencilla y útil a nivel internacional y con un diseño, que en su caso es “muy importante” porque Nexkin DSPT es el primer dispositivo en el mercado con estas características.

En la parte de patentes, hay una parte concedida a nivel europeo junto a una serie de patentes que tienen en estudio para su solicitud próximamente. La que tienen concedida está formalizada en Europa, concretamente en España, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Originalmente se tramitó como PCT pero conectada en fase nacional en Europa y designada finalmente en los países mencionados porque, razona, “es muy habitual en el mundo médico centrarse en los mercados más relevantes en un entorno geográfico”.

Con respecto a la marca, Óscar Matellanes señala que en la empresa buscaban algo sencillo, que identificara a su producto allá donde se presentara. Un proceso de creación largo, admite, a pesar de tener en cuenta que registrar una marca en España es “relativamente sencillo”, aunque “todo cambia cuando se quiere ir al ámbito internacional”, como les ocurría a ellos, que buscaban cobertura en los cinco continentes y, para ello, necesitaban de una marca sin connotación en ninguno de los mercados que les interesaban, que fuera “corta, reconocida y fácil de identificar independientemente del idioma” y que les definiese en la actividad en la que están pero sin limitarles con el resto de productos del futuro, funcionando como un “paraguas” para toda su actividad posterior.

¿CÓMO SE FRAGUÓ LA MARCA “NEXKIN”?

Para crear “NEXKIN” conjuntamente con Vidorreta Design, los integrantes de los equipos de ambas empresas se centraron en el aspecto de la “piel” del paciente. Empezaron con la idea de la parte física, donde el paciente ve cómo se manifiesta una alergia. Jugando con las palabras en inglés “skin” (“piel”) y “next” como “futuro”, unido a las ideas de “limpieza, suavidad y amabilidad” llegaron a la idea final “Nexkin”.

Según Matellanes, a veces los temas médicos se refieren a cuestiones “muy tecnológicas y muy frías” y, al crear el nombre, nadie del equipo quería “perder de vista la conexión emocional y más amigable”. En esa búsqueda, concatenando términos, es como, desde Vidorreta Design, Zuriñe Aguirre insiste en que la marca y su cuidado es una inversión porque “relaciona el nombre con el producto”, permitiendo el crecimiento de la empresa al ofrecerle herramientas, analógicas y digitales, que ayudarán a que se posicione mejor.

Por su parte, Óscar piensa que la atención y el mimo a los detalles otorgan “muchas diferencias” porque uno de los aspectos que, desde su punto de vista, hay que tratar con la mayor importancia es la “coherencia” entre el desarrollo del producto, su estética, su función y su imagen. Por ello precisamente acudieron a Vidorreta Design, cuya visión, “más moderna y más amable” de lo que habitualmente se ve en ese tipo de dispositivos, coincidía con la suya. De esta forma, la estética del producto se traslada a la marca, algo que se refleja incluso en  la “n” de Nexkin, que sugiere el “puente” del aparato, mientras que las líneas blancas del mismo, siguen a las de la marca. Todo, en resumen, acompaña.

«Todo suma. Tú, multiplicas» (Proyecto Be Unique. Creative Hub, de Vidorreta Design)

Vidorreta Design no solo cuenta con el proyecto de Nexkin Medical. Su equipo aumenta y sus trabajos, también. Han diseñado la nueva imagen de la Confederación Empresarial de Navarra, con el diseño de un logo en consonancia con la nueva etapa de la entidad.

Además, este equipo multidisciplinar se ha lanzado con un espacio polivalente Be Unique. Creative Hub, que tiene marca propia y donde quieren fomentar la creatividad, dar formaciones específicas de diseño, alojar la innovación del Norte de España o elaborar trabajos de conceptualización, entre otras ideas porque, como nos dice Zuriñe Aguirre, “tenemos una identidad única que puede servir de inspiración a los demás para crear una gran cultura de diseño y de innovación”.

MOOEVO, la tecnología que soluciona la movilidad eléctrica de las personas

Más que una entrevista, la de hoy ha sido una conversación de auténticos amigos que siempre han ido de la mano en el entorno de la Propiedad Industrial. Uno de ellos, con una visión muy clara de lo que quería hacer en la vida, inventar, mientras que su compañero es el “cerebro” empresarial. ¿Quién es quién? La historia de Ignacio y Pablo pasa por tener a la movilidad como motor de su emprendimiento.

Se conocieron con 16 años en Málaga, donde Pablo Carrasco vivía y donde Ignacio Estellés pasaba los veranos. Una relación casual que se alimentaba con las charlas de Pablo sobre inventos, todos los que tenía en la cabeza desde que le explicaron lo que era una patente, “allá por 1º de Primaria”. En esas conversaciones, Ignacio aportaba “la labia y el desparpajo” que le faltaban a Pablo para las relaciones sociales, motivo por el que se dieron cuenta de que se necesitaban para emprender en un futuro que no tardó en llegar.

Pablo Carrasco e Ignacio Estellés, en sus inicios profesionales

Tanto es así que, antes de que acabara Pablo la carrera de Ingeniería Aeronáutica en Madrid, ya sintió la necesidad de “hacer”, al fin, una patente, pensamiento que no le dejaba ni estudiar, según él mismo reconoce. Ignacio, cómplice hasta la médula, le acompañó a la Oficina Española de Patentes y Marcas en un tiempo en el que no existía internet y donde todo eran papeles y fotocopias, “haciendo los dibujos, recortándolos y pegándolos para darles el formato concreto que te piden al presentar una invención”, un proceso que le llevó a hacer varios viajes a la fotocopiadora de su barrio, movido por los nervios y porque era consciente de que se trataba de uno de los momentos más importantes de su vida, que pasaba por la ilusión de patentar, vender su idea y, quizás, “forrarnos”… comenta entre risas.

El caso es que esa primera patente, un sistema de pedaleo para bicis sin puntos muertos, recuerda Ignacio, fue el origen de ROTOR BIKE, empresa de referencia tanto en nuestro país como a nivel internacional, que ya ha cumplido su cuarto de siglo en el mercado. Actualmente, la relación profesional de nuestros entrevistados con la compañía ha cambiado. Si bien se mantienen como Consejeros y accionistas, Ignacio se desligó de ROTOR laboralmente hace poco más de un año mientras que Pablo sigue prestando, parcialmente, un servicio de asesoramiento externo, dado su alto nivel de conocimiento técnico, tanto de patentes como de creación de productos.

Pablo e Ignacio en la época de ROTOR BIKE

Volviendo a esa primera patente que presentaron, Ignacio recuerda que fueron con ella bajo el brazo a BH y a ORBEA, para contarles que habían “reinventado” la bicicleta y que si querían, se la vendían. Durante nuestra conversación, nos cuentan que se sintieron “muy escuchados” por los directivos de ambas empresas, quienes les pidieron un prototipo, lo más desarrollado posible. Y, de hecho, llegaron a tal nivel de desarrollo, que el propio Director de BH les ofreció la posibilidad de que fueran Pablo e Ignacio quienes lo fabricaran para luego ponerlo en venta a este tipo de empresas. Gracias al apoyo de varios inversores, pudieron llevarlo a la práctica. Hoy en día, muchas piezas y componentes de bicicletas, de las marcas más importantes del sector, son clientes de ROTOR, empresa en la que han implementado todas las patentes posteriores.

VALORACIÓN DE LA ACTIVIDAD INVENTIVA

En su opinión, ha habido una evolución “súper positiva” a nivel del proceso de presentación de una solicitud de patente. El hecho de que la información esté tan disponible para el usuario y se facilite el método de entrega online “es lo mejor que le puede pasar al solicitante” aunque, comenta Pablo, a nivel procedimental siguen existiendo diferencias entre las distintas oficinas. Otro tema es el de la “patentabilidad”, añade. Considera que, en la época en la que ellos empezaron, una empresa solicitaba menos patentes que actualmente. Como ejemplo, cita a Shimano, una de las grandes en el sector de piezas de bicicletas de alto rendimiento. “Las patentes actuales son sobre detalles muy pequeños que, bajo criterios del pasado, no tienen mucha actividad inventiva”, afirma, mientras estima que hay un cambio de paradigma en ese sentido que lo “sufren” los inventores ya que, “o te unes a ese modo de patentar o te quedas fuera”.

Sobre esta cuestión, aprecia que quizás deba revisarse el propio concepto de «actividad inventiva» ya que, insiste, patentar de la forma a la que se han referido antes, “debilita a las pymes y a los inventores porque se están dando, como invenciones válidas, pasos tecnológicos demasiado pequeños”.

Independientemente de esto, patentar siempre es “beneficioso” porque el documento, de carácter jurídico, avala el hecho de aportar algo a la sociedad, señala Ignacio Estellés, abogado de profesión. “Muchos inventores tienen una idea y no saben cómo ponerla en valor al constituir una sociedad, levantar un capital o buscar inversores”, pero todo cambia cuando se cuenta con un documento de propiedad, que aunque sea algo tan intangible “te permite empezar a trabajar”, además de ayudar al emprendedor a conseguir recursos económicos porque, en opinión de Ignacio, los inversores solo querrán apostar por una idea si ven que hay una protección sobre ella a través de una patente, que ofrece al inversor “la mayor garantía y seguridad posible a través de una invención coherente y con alto nivel de credibilidad”.

CONSEJOS A PYMES Y STARTUPS

A pesar de todo esto, los dos amigos están de acuerdo en que lo mejor es proteger las invenciones aunque solo sea por todo el proceso previo de idear, crear, prototipar y probar, mucho más “atractivo” que redactar las solicitudes de patente, donde hay que tener cuidado hasta en las comas” y que, para Pablo, es justo lo contrario de lo que quería hacer después de la carrera, cuando pensaba que ya no tendría que volver a examinarse nunca más y resulta que, “cada vez que redacto una patente es casi como escribir una tesis”.

A lo largo de todos los años de experiencia adquirida con las patentes, y con un aumento en el número de acuerdos con grandes empresas del sector, Pablo Carrasco dedica tiempo al estudio de las patentes de la competencia, algo que aconseja hacer a pymes y empresas emergentes. De esta manera, una vez al mes, Pablo analiza tanto el reporte de ROTOR como el de la competencia en el sector y el de algún inventor “francotirador”. Así, averigua lo que se puede infringir y lo que no, por ejemplo. Cuenta la anécdota de estar trabajando en un producto “de lo más caro y de lo más tecnológico” (uno de los primeros potenciómetros que hicieron bajo un acuerdo con Indra) y, durante el proceso, se publicó una patente de Shimano que era “clavada” a lo que ellos estaban haciendo, teniendo que parar porque afectaba a una colaboración muy importante.

Ignacio Estellés se refiere, además de a las patentes, a las marcas, unos de los activos más importantes para ellos, gracias a las que “puedes seguir desarrollando productos con una gran credibilidad, además de afianzar al cliente y aumentar el público”. Y este comentario es el que nos sirve para hablar de su nuevo proyecto, MOOEVO. La marca, ideada por un amigo común que estableció un juego de palabras de los vehículos en movimiento, pretende ser internacional, fácil de pronunciar, que el usuario la retenga “de un vistazo”, que tenga “impronta” y que sea global, pero que también genere contenido, valor y visibilidad a la tecnología desarrollada.

Sistema de propulsión para vehículos tipo carro mediante «scooter» autoequilibrado acoplado mediante estructura articulada.

Pero… ¿Qué es MOOEVO?. Vamos a retroceder hasta el día de Reyes de 2019, cuando a la hija de Pablo le regalaron un “hoverboard”, que enseñó a José, un amigo cuyo hijo tiene parálisis cerebral y que, por ese motivo, es usuario de silla de ruedas. Unas cuantas ideas al aire en torno al patinete y al hecho de facilitarle la vida a su amigo, hicieron que Pablo comenzara, ese mismo día, a realizar bocetos de lo que sería un dispositivo que facilitara los trayectos al mismo tiempo que ayudara al “porteador” a que se encontrara mejor físicamente.

Como ocurre en muchas ocasiones, los mejores inventos surgen de las necesidades y Pablo y su amigo José vieron que debían encontrar una solución para las personas que se encontraban en esa misma situación. Con toda la iniciativa del mundo, el padre de Josete, que así se llama el primer usuario de Mooevo, seguía las instrucciones de Pablo y elaboraba prototipos del dispositivo final a lo “Macgyver”. En una semana ya contaban con uno casero que funcionaba “de maravilla” y con el que llevaron al niño al colegio. La silla motorizada causó tanta sensación que otros padres del centro educativo comenzaron a pedirla.

Más tarde, Pablo y José (coinventor), organizaron un micromecenazgo en la plataforma Gofundme.com donde, por cada 100 euros que conseguían, regalaban uno de los prototipos diseñados a niños con discapacidad. Instalaron los dispositivos en todas las sillas de ruedas que les llegaban y fue tanto el cambio que supuso para los usuarios que, por eso, menciona Pablo, se ven tantos niños sonrientes en los vídeos de su página web.

MOOEVO, 1ºpremio Expansión Startup 2020 en la categoría de Movilidad y Smart Cities (premios Expansión 2020)

Si nos fijamos en la fecha en la que todo se ideó, podréis observar que la pandemia estaba muy cerca. Cuando estaban a punto de lanzar MOOEVO al mercado, contando con un pequeño stock para las personas necesitadas, además de pensar ya en ortopedias, llegó el confinamiento y una llegada masiva de enfermos a todos los hospitales de España, así que, dada la situación y por un tema de sensibilidad social, decidieron no comercializar el producto “a bombo y platillo” y pararon, pero ofreciendo a IFEMA todos los dispositivos con los que contaban. Las imágenes que se emitían por televisión, con los profesionales sanitarios desbordados y trasladando pacientes por todo el recinto madrileño, fue el motivo principal, llegando “en medio del caos” pero alcanzando un nivel de efectividad y de resolución que ha implicado que otros centros, como el hospital Puerta del Hierro, haya contactado con Ignacio y Pablo para que les proporcionen unidades de Mooevo.

Vista del dispositivo desarrollado por MOOEVO para silla de ruedas

APLICACIONES DE UNA TECNOLOGÍA PROTEGIDA POR PATENTE

Las aplicaciones, infinitas. Y todas ellas recogidas en las reivindicaciones de la solicitud de las tres patentes que han desarrollado sobre esta invención porque, al segundo día de llegar a IFEMA, les preguntaron si podían implantar su solución en los carritos que llevan las medicinas, la ropa de cama o los pañales, procediendo a adaptaciones en el dispositivo original. “Testar en situación extrema y real la utilidad de la propia invención, ha sido lo mejor que nos ha podido pasar”, indica Pablo a lo que Ignacio apunta que, además, es una demostración “muy beneficiosa para todo el mundo” de cómo una invención pretende mejorar la sociedad y la vida de las personas.

Ganadores del Reto Lehnica 2020 de CORREOS

El sistema de conducción y conexión entre el hoverboard y cualquier tipo de vehículo, requiere cierta ingeniería (las barras, que controlan los movimientos hacen la gestión de cómo la plataforma del patinete sigue el giro que hace el carro). La batería original del patinete fue sustituida, desde el primer momento, por una más potente. Al «electrificarlo», se puede mover más carga y a más velocidad y con mayor autonomía y es por ello que, al final, no solo desarrollan la solución para los carros existentes sino que lo que buscan es desarrollar “empujadores” eléctricos que sirvan a “vehículos” adaptados a servicios (limpieza, medio ambiente), movilidad, sociales o última milla. Tecnología nueva que respete toda clase de normativa y que “te lleva permanentemente a ir por delante en la punta de lanza de esa innovación creando nuevas patentes y nuevas soluciones”, afirma Pablo Carrasco porque, en muchas ocasiones, «el vehículo en el que pensamos todavía no existe», como es el caso de los carros de Correos, empresa que ha otorgado a MOOEVO el Premio Lehnica 2020 a la innovación en Logística y Transporte, lo que ha implicado un contrato para el desarrollo del futuro carro de cartero para la empresa líder de transporte español, testado y validado ya para “scale-up”, y con el que ya se ha demostrado que ahorra un 30% en los tiempos de reparto real. También, para Correos, están trabajando en aplicaciones específicas para sus jaulas de logística y en una aplicación del modelo “Cargo” para repartos urbanos más voluminosos. Igualmente, quieren implementar sus modelos en el futuro carro de limpieza urbana, primero para el Ayuntamiento de Madrid y luego para otros consistorios nacionales e internacionales.

Pilar Montero: «La Propiedad Intelectual se adapta a la evolución de la sociedad»

Licenciada en Derecho, Pilar Montero llegó a la Propiedad Intelectual a través del Mercantil, donde la parte de Competencia, Propiedad Intelectual y Sociedades era lo que más le atrajo desde el principio. Tanto es así que su camino la llevó a Alicante, a trabajar en la Universidad, en el departamento dirigido por la catedrática Esperanza Gallego, que la animó a que se dedicara científicamente al tema porque “es necesaria una producción importante tanto para los investigadores como para poder ayudar a que la ciencia evolucione”.

En la Propiedad Intelectual “casi nada está aislado, por lo que debes tener en la cabeza todos los derechos que hay, ya que se interrelacionan”, dice. Como divulgadores de la Propiedad Intelectual (PI), comenta que los docentes se ocupan de que la sociedad tenga más conocimiento en este entorno y de que se acerque más a las empresas y emprendedores, que deben detectar qué necesidades tienen o van a tener acerca de la protección de sus intangibles.

“Muchos de los usuarios no son conscientes de lo que tienen y a otros les parece un lujo proteger”, afirma Pilar, razón por la que, para algunas pymes sobre todo, no es “esencial” tener en cuenta la PI y sí vender sus productos para obtener beneficios cuanto antes, descuidando una estrategia definida que les evite problemas, sobre todo en el caso de empresas que despegan en el mercado de manera inesperada y que, ya tarde, se dan cuenta de que proteger sus activos les asegura el éxito de su marca, lo cual “es una lástima porque en España hay muy buena materia prima y protegerla es lo que establece la diferencia en todo”.

De todas formas, este es un asunto que está cambiando, en opinión de nuestra experta de hoy, que considera que reconocer el valor de la PI es propio de una sociedad que, cuanto más desarrollada está, “más importancia le da a las marcas, al diseño o a la patente”, generando más confianza en el consumidor, que estará más dispuesto a pagar por esos productos protegidos.

Pilar Montero

Con todo, insiste, queda labor por hacer puesto que se trata de una disciplina “fundamental” que podría, desde su punto de vista, añadirse incluso a los programas de algunas etapas educativas. Y es que, cuando ha podido dar charlas a alumnos de Secundaria, por ejemplo, ha visto el interés que han mostrado por cuestiones sobre Propiedad Intelectual. Con ejemplos de sentencias sobre marcas que conocen o sobre películas (recuerda a “Vaiana”, cuyo nombre original, “Moana”, ya era una marca registrada en España) o actores, se dan cuenta de que toda esta materia está en el día a día.

Ocurre algo parecido en las universidades donde, en los antiguos planes de Derecho, no se estudiaba en profundidad esta materia, siendo solo un apartado en las asignaturas de Mercantil. En la actualidad, y pone como ejemplo el programa de la Facultad de Derecho de Alicante, un tercio del curso de Derecho Mercantil trata la competencia y la PI. “Los estudiantes saben perfectamente lo que es una patente, pero también lo que es una variedad vegetal”, afirma Pilar.

EMPRESA, OFICINAS Y ABOGADOS

Eternamente agradecida a su mentora, que le enseñó un mundo “muy vivo y cercano a la empresa”, el Máster en Propiedad Intelectual de la Universidad de Alicante (Magister Lvcentinvs) empezó coincidiendo con el origen, en Alicante, de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, la EUIPO (antes OAMI). Hoy, con 28 ediciones a sus espaldas, el Máster de la Universidad de Alicante se encuentra «a la vanguardia» en el estudio especializado en Propiedad Intelectual e Innovación Digital.

Pilar Montero en la clausura del Máster en Propiedad Intelectual de la Universidad de Alicante (Magister Lvcentinvs)

Al igual que ocurre con la propia evolución de la sociedad, el avance en este máster pasa por introducir, desde hace pocos años, cuestiones sobre una herramienta directamente relacionada con la PI, la innovación digital, de forma transversal, a través de diferentes vías. Las necesidades actuales del mercado obligan a que los alumnos sepan responder a todas ellas, en un entorno cada vez más digital. Con un aumento en el número de las prácticas que se realizan a lo largo de los módulos, el éxito del máster se contempla en el “feedback” de los alumnos ante estas actualizaciones, alumnado que proviene de todas las partes del mundo y de ámbitos muy diversos. Ingenieros, economistas, filólogos, historiadores, estudiantes de Traducción e Interpretación o gente del mundo de la cultura que revelan la versatilidad de la PI, plasmada en que los sectores del mercado a los que se dirigen tras acabar son muy dispares, independientemente del tronco común que pueda tener la Propiedad Intelectual para todas las especialidades.

INVESTIGACIÓN VERSUS DOCENCIA

Pilar Montero admite que le gustan mucho sus dos facetas principales. Como docente, muchas veces “no se es consciente de la exigencia que hay” sobre todo si, además, se está al frente de otro proyecto, como el máster, que añade, sin duda, más carga de trabajo.

El lado docente le permite estar en contacto, «de verdad», con las personas. Con la investigación se adquiere un conocimiento que va en aumento pero “es posible que se pierda la perspectiva de lo que piensa la gente a la que te diriges”, que no tiene por qué ser experta en Propiedad Intelectual pero que sí necesita obtener respuestas a sus necesidades.

“El esfuerzo de hacer que mis alumnos entiendan la PI para que la transmitan adecuadamente se compensa con el hecho de ayudarles a que piensen por su cuenta”, dice Pilar, muy satisfecha por ello, incluso en un curso como este, en el que se enfrentan a una situación “difícil y rara” a nivel social.

Conferencia en la EUIPO sobre “MARCAS E INDICACIONES GEOGRÁFICAS: PERSPECTIVAS FUTURAS” (octubre 2018)

Por otra parte, la faceta investigadora también le “encanta”, aunque reconoce que, para dedicarse a ella, se necesita “paz, tiempo, ser un poco ratón de biblioteca” y buscar soluciones a los problemas actuales de la normativa porque en el proceso investigador, hay que adaptarse y trabajar para que se perfeccione lo que regula los derechos, sobre todo los que no son tan conocidos. Los problemas se ven en la jurisprudencia o la actividad diaria de los empresarios, así que si no se pueden solucionar con la ley actual, se trata de dar soluciones alternativas al legislador para que su caso modifique la normativa o si no, que se pueda modificar la jurisprudencia.

LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN, SU OJITO DERECHO

Este tipo de trabajo hace que tengan líneas de investigación en los distintos ámbitos, en innovaciones, signos distintivos o denominaciones de origen, por ejemplo. Estas últimas le parecen “apasionantes” porque “te acercan todavía más a las personas de cada sitio” y porque es un ámbito, a nivel económico, “importantísimo y no muy conocido ni muy estudiado”, que le ha dado y le sigue dando muchísimas satisfacciones por lo que el investigador puede aportar. Es un campo “muy rico, con muchas aristas y grandes implicaciones sociales, humanas y legales” pero en el que los usuarios necesitan que se les encienda la “campanita” del “cuidado, aquí nos hace falta que alguien nos asesore” sobre PI.

En las D.O. “queda mucho por hacer y por saber”. A día de hoy, no se conoce bien la diferencia que existe con una Indicación Geográfica, señala Pilar, porque es un sector que no se ha desarrollado tanto a nivel legal, comparándolo con las patentes y las marcas, que están “más maduros”, a pesar de la antigüedad de las Denominaciones de Origen.

CUESTIÓN DE GÉNERO

Por último, en la entrevista hemos tratado el tema de la “igualdad de género” entre los profesionales y expertos en Propiedad Intelectual. Pilar comenta que, “evidentemente, me he podido encontrar con alguna dificultad en mi camino” pero cree que a todas las mujeres les ha pasado lo mismo en alguna ocasión, independientemente del sector al que pertenezcan.

En Propiedad Intelectual, quizás en generaciones anteriores, sí que había más hombres que mujeres. Pero la evolución de la sociedad ha llevado también a un equilibrio en ese sentido. “Todo ha ido cambiando y espero que cambie más”,  asevera y afirma convencida que, “con un buen equipo en el que te ampares siempre todo esto se solventa”, recordando que el suyo es ese buen equipo del que habla, en el que todos se apoyan y en el que no hay ninguna diferencia de género.

Lo único que le da pena es que, en ocasiones, las mujeres «se pongan límites» porque es algo que nos “perjudica”, dice. Y finaliza recalcando que no le gusta hablar de conciliación “familiar” porque “el que no tiene familia también tiene dificultades para conciliar su vida profesional con la personal”, como ocurre en los ámbitos de la docencia y de la investigación que, “aunque te guste mucho y no lo veas como una carga, no permite tener mucho espacio para uno mismo”.